Tan fuerte fue el impacto del motociclista contra el VW 1500, que luego del choque una rueda delantera del auto quedó prácticamente arrancada y las filosas chapas mutilaron parte de la pierna izquierda del chofer de la moto. El resto de las consecuencias fueron letales: el motociclista salió despedido y sufrió en su violenta caída al menos un golpe en su cabeza que no le dejó ninguna chance.

Rubén Flores se llamaba ese motociclista. Tenía 27 años, trabajaba en una estación de servicio de Rawson y a la hora del accidente, alrededor de las 6,35 de ayer, volvía a la casa donde vivía con sus padres, en Angaco, precisaron fuentes policiales.

En la Seccional 18va de Albardón manejaban ayer la versión de que Flores trabajó hasta las 23 del martes y luego compartió una cena de fin de año con amigos y compañeros de trabajo. Se supone que de allí volvía en su moto Yamaha 125cc cuando chocó. El joven, circulaba por calle Italia hacia el Este cuando, por causas que se investigan, se estrelló de frente con el auto que guiaba otro angaquero, Carlos Alvarez (38) rumbo a su trabajo en una obra en construcción en La Bebida, Rivadavia. Alvarez habría dicho que cuando llegó al cruce con Santiago del Estero aminoró la marcha y al reiniciarla percibió como que el motociclista intentó eludir algún obstáculo y se le vino encima.

También habría relatado que frenó y realizó un giro de último momento para evitarlo, pero no pudo. En la policía no descartaban que Flores no hubiera llevado puesto su casco.