El silencio se rompió dolorosamente la mañana del 3 de abril de 2019. Al volver de dejar a su hija de 8 años en la escuela, la joven mamá se topó con una cartita en la cama de la niña, en la que descubrió una confesión que la dejó helada: "Me viola el Ale siempre te lo quise decir pero tenía miedo de que lo mandaran a la cárcel y la nona quedara sola", pudo leer, con el corazón en la boca. Entonces habló con su marido y cuando volvió su hija del colegio, confirmaron lo que más temían, pues la niña les explicó cómo su tío (de 23 años, no identificado para preservar a la menor) le había sacado la ropa para meterle los dedos en sus partes íntimas en un par de ocasiones en la casa del sospechoso, en Chimbas.

Al conocerse la tremenda novedad en la familia, otra pariente, por entonces de 16 años, se liberó de esa carga que la atormentaba y le contó a una docente su dolorosa verdad. El 15 de abril de aquel año, le dijo que se sentía culpable por lo que le había pasado a su prima, pues ese tío la había manoseado a ella desde que tuvo 14 años. Y que, si hubiera hablado antes, la pequeña no habría sufrido ningún ataque sexual, consta en el expediente.

La fiscal Marcela Torres mantendrá la acusación contra el acusado.

Todo se supo cuando la nena le dejó a su mamá una carta en su cama contándole lo que le hacía su tío

Las dos menores ampliaron con mayores detalles cómo, cuándo y dónde habían ocurrido esos abusos. Y sus dichos resultaron creíbles para las psicólogas del ANIVI que las entrevistaron.

No sólo eso, con respecto a la mayor determinaron que la reiteración de manoseos le habían provocado un serio daño en la salud mental a la adolescente, que a partir de su relato pudo comprender porqué agredía a los hombres, porqué intentaba autoagredirse y no respondía en la escuela, en la que llegó a repetir un año, indicaron voceros judiciales.

El defensor Claudio Vera decidió con su cliente allanarse a un juicio abreviado.

Esa vez, el sospechoso fue increpado por sus propia familia pero sólo atinó a bajar la cabeza. Tras ser detenido negó haber abusado de sus sobrinas, pero al llegar a juicio decidió con su defensor, Claudio Vera, evitar un juicio común, y ahora confesará su autoría en un juicio abreviado que firmará con la fiscal Marcela Torres. Le atribuyen la violación de la menor de las niñas (por la introducción de dedos) y abusos gravemente ultrajantes agravados por el daño en la salud mental de la otra menor. El caso será resuelto por el juez Martín Heredia Zaldo (Sala I, Cámara Penal).