El magistrado. El procesamiento contra este hombre fue dictado días atrás por el juez Martín Heredia Zaldo, titular del Cuarto Juzgado de Instrucción.


Cuatro hermanas unidas por el dolor y el drama de tener un padre que no trabajaba, que hacía del alcohol su compañía, de la violencia una mala costumbre y del abuso sexual un juego perverso. Cuatro mujeres que aguantaron los más humillantes vejámenes, hasta que en agosto de 2013 una de ellas se animó a denunciar lo que hacía su papá dentro de su casa en Chimbas. Cuatro también fueron los años que tuvieron que esperar para que este hombre, que permaneció prófugo, cayera preso en abril pasado y por fin fuera procesado por el juez de instrucción Martín Heredia Zaldo por un aberrante caso de delito sexual e incesto.


El hombre (cuyo no nombre no se puede dar por preservar a sus hijas, las víctimas) tiene 69 años y actualmente se encuentra alojado en el Penal de Chimbas. El juez Heredia Zaldo, titular del Cuarto Juzgado de Instrucción, lo procesó días atrás por abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, por los ataques cometidos contra su hija mayor, y abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, en perjuicio de otras tres hijas, revelaron fuentes judiciales.


El hombre, que es padre de 8 hijos, tenía todos los vicios: su mujer trabajaba casi todo el día como empleada doméstica mientras él no hacía nada. Era de andar borracho y no le temblaba la mano a la hora de golpear a su mujer o a sus hijos, según testimonios. Aún así, su peor mal era la cruel atracción que, aparentemente, sentía por sus hijas. Cuatro de ellas declararon ante el juez acerca de las perversiones de las que eran objeto por parte de este sujeto.


Las denuncias


La primera que rompió el silencio fue la mayor, que denunció los abusos en agosto de 2013. La mujer aseveró que fue ultrajada desde los 5 años a los 15 y que pasó por las más denigrantes situaciones, con tocamientos, exhibiciones obscenas y hasta la violación, indicaron las fuentes. Sus otras hermanas posteriormente perdieron el miedo y revelaron que, desde que eran pequeñas, también sufrieron tratos aberrantes. Su padre se las arreglaba para abusar de cada una de ellas cuando su madre se iba, a veces de día o de noche, en la pieza en la que dormían todas ellas o en la habitación de su padre, y llegó incluso a cometer los abusos frente a la vista de los otros niños. Era tal el trauma de las chicas, que una de las víctimas afirmó que desde los 15 años no permitió que su padre se le acercara nunca más y dormía con un cuchillo debajo de la almohada por miedo a que intentara tocarla otra vez. Cada una de ellas, cuando alcanzó la mayoría de edad o tuvo novio, abandonó la casa.


La madre declaró que nunca se enteró de esto porque trabajaba todo el día. Otras dos hijas de la pareja afirmaron que no sufrieron ni vieron abusos. Distinto fue lo que aseguraron sus cuatro hermanas, una de ellas adolescente. Esta última declaró a través de Cámara Gesell y confirmó las denuncias de las otras tres. Los informes psicológicos indican que ninguna fabula. Por el contrario, el padre negó todo y señaló que lo acusaron para echarlo de la casa. Lo cierto es que, en el grado de probabilidad que se requiere en la etapa instrucción, el juez Heredia Zaldo entendió que los delitos que le imputan están probados y por ahora el hombre está encerrado, lejos del horror al que tenía acostumbrada a sus hijas.

Claves

Preso desde abril


Este sujeto estuvo prófugo durante años. Se marchó de la casa cuando lo denunciaron y después desapareció. La Policía lo detuvo por casualidad en abril último a raíz de una causa contravencional.

Posible castigo


El ahora detenido está acusado de dos delitos muy graves, además con el agravante de que las víctimas son de su propia sangre. De ser llevado a juicio podría recibir una condena de hasta 20 años de cárcel.

Destino incierto


Si bien el juez le impuso prisión preventiva, lo cierto es que el acusado tiene 69 años y su defensa puede pedir la prisión domiciliaria cuando éste cumpla los 70 años, tal como lo establece el Código Penal.

Golpeados por un asesinato


Esta familia también fue marcada por otro drama: el asesinato de uno de sus hijos. Fue en 2011 producto de una pelea en el Bº Malimán, Rawson. 


El fallecido tenía 38 años y era el hermano mayor de estas mujeres víctimas de los abusos e hijo del ahora procesado. El hecho sucedió en junio de 2011 y comenzó como una discusión entre borrachos y se fueron a las manos. El problema fue que la víctima luego fue atacada por su contrincante y tres más. Le dieron trompadas, le tiraron piedras y hasta le propinaron un puntazo. El pobre hombre quedó muy grave y siete días más tarde falleció en el Hospital Rawson. Los cuatro agresores fueron condenados en 2015 por el delito de homicidio en riña.