Un sollozo persistente, con voz un tanto quebrada. Así, con ese tono y ante el tribunal, Gabriela Nuñez (29) decidió hablar luego de conversar con su abogada, Filomena Noriega. Sobre ella pesa la acusación de matar con alevosía a su expareja, que de acuerdo a la pesquisa lo ultimó de un ladrillazo que le arrojó a la altura de la nuca, a menos de un metro.

Sobre el hecho en sí, el que ocurre a eso de las 8.30 del último sábado, dijo que “yo no sabía que le iba a pegar” y que “sólo le tiré (el ladrillo) para que me dejara tranquila”. En este punto, los fiscales entienden que por la distancia a la que se lo arrojó y de espalda, se trató de un golpe “certero”.

Como ya había adelantado la defensa de la homicida, apuntan a la figura de emoción violenta para atenuar la pena, aunque la imputación tiene el agravante del vínculo y la alevosía.

En su relato, Nuñez apuntó a la supuesta relación violenta que mantenía con Gonzalo Martínez (25), aún después de separados.

“Yo me quedaba callada, pero lo hacía por mis hijos. El no era un papá responsable con mis hijos, él era violento con mis hijos”, contó. Y agregó, “siempre era lo mismo, amenazas, golpes… ya me tenía cansada”.