Lloraba, movía la cabeza de un lado a otro. Su rostro tenía marcas de que ese llanto venía de varios días. Una cadena estaba atada en una de las puntas a las rejas de una ventana del edificio de Tribunales, el otro extremo rodeaba su cuello. Julia Cobarrubia (46) tomó esta medida extrema esta tarde porque asegura que su hijo cayó en un operativo policial y que nada tiene que ver con el robo que se lo acusa y que desde hace 13 días está en los calabozos de la Comisaría 18va.

La mujer, oriunda del barrio 2 de Abril de Chimbas, contó a este diario que el 16 de septiembre pasado en el taller que uno de sus hijos tiene en Albardón cayó un sujeto con un cuatriciclo para que lo arregle y lo atendió Gustavo Ezequiel Cobarrubia (21), quien le dijo que su hermano -el mecánico- no estaba. Pero cuando cayó la policía, el hijo se topó con la novedad que ese vehículo era robado y fue preso.

"Liberen a mi hijo, hace días que me tienen a las vueltas que lo van a largar, lo vincularon a un robo que no tiene nada que ver", contó Julia, desde el piso, donde permanecía encadenada.

La mujer, además de proclamar a los cuatro vientos la inocencia de su hijo, aseguró que corre peligro estando detenido porque es asmático y necesita medicación.

Desesperada por la falta de repuestas de los distintos organismos judiciales donde fue a pedir explicaciones, tomó esta decisión. "Hay una mano negra muy grande acá. Los crie con mucha pobreza, pero nunca les dejé que toquen un lápiz que no sea de ellos, soy madre soltera. Lo que me están haciendo no tiene perdón de Dios. Mi hijo es inocente".

Según pudo averiguar este diario la causa por robo recayó en el Segundo Juzgado de Instrucción, por estos días subrogado por la jueza Gema Guerrero.