Dolor. En el lugar del hecho se vivieron escenas de mucho dolor y conmoción por la pérdida de los dos mineros. Al cierre de esta edición, personal de la Policía y de la Dirección de Protección Civil trabajaban para intentar rescatar los cadáveres.

Ernesto (55), su hermano Luis Vargas (53), un sobrino de ambos, José Ricardo Mercerí (26) y el hijastro de Luis al que quería como un hijo porque lo crió de chiquito, Matías González (21). Los cuatro formaban una suerte de cuadrilla familiar que se ganaba la vida haciendo changas en las caleras particulares, como hacer parches o reparar esos profundos hornos de cal. En eso estaban desde el martes, tratando de reparar una avería en la pared de un horno de Camilo Serrano, que tiene unos 11 metros de profundidad por casi 2 de diámetro en el callejón Minero, en Los Berros, Sarmiento. Pero ayer la tarea terminó en una tragedia por partida doble: alrededor de las 14, cuando todo hacía suponer que harían un corte en la actividad para retomar hoy, Matías González y José Ricardo Mercerí se volvieron a meter y un derrumbe terminó con sus vidas. Ernesto también resultó golpeado y fue trasladado al hospital Rawson, pero ayer estaba fuera de peligro, informaron sus familiares.


En medio de la confusión y la desesperación, escucharon que una de las víctimas pedía ayuda, pero nadie pudo hacer nada. Al cierre de esta edición, intentaban rescatar los cadáveres.


Las muertes de Mercerí y González representaron un duro golpe para esas humildes familias, que ya habían perdido a otro pariente en un hecho calcado ocurrido en 2014 a medio kilómetro (ver ‘Otro pariente...).


La doble tragedia causó conmoción, sobre todo en Los Berros. E incluyó también una verdad de perogrullo: el propio empresario calero confirmó a este diario que había contratado en negro a los Vargas ‘porque era un trabajo chico, de pocos días’, informaron fuentes del caso.


La principal hipótesis es que las víctimas trabajaban a unos 7 metros dentro del horno (se cree también que sin medidas de seguridad), cuando el derrumbe no les dejó escapatoria. Tal fue el estado de en que quedaron los cuerpos, que primero encararon la misión de sacar las piedras el material caído sobre los cuerpos por la boca del horno, pero ante la dificultad de conseguirlo desistieron para encarar por otro lado, rompiendo el horno por uno de sus costados, dijeron fuentes policiales.


En las tareas de rescate participaron Bomberos de Rawson y del Cuartel Central, policías de los Berros y personal de la Dirección de Protección Civil.

Otro pariente muerto en un caso calcado

Tres años atrás, el 3 de junio de 2014, un accidente laboral calcado al de ayer ocurrió en un horno de una calera vecina, la de Alfredo Castro, situada a medio kilómetro del lugar de la doble tragedia. Esa vez los que quedaron enterrados entre las piedras y el derrumbe fueron Marcelo Castro (21) y Leonardo Sanduay (27), este último primo de José Mercerí, fallecido ayer. Según familiares de ambos, Sanduay pudo ser auxiliado pero quedó resentido de las lesiones que sufrió y meses después también perdió la vida.