Una trágica muerte tuvo un hombre de 63 años que había ido con un vecino a visitar la gruta que le hicieron a un amigo de ellos en el lugar donde había fallecido en un siniestro vial. Por esas cosas del destino, esta vez fueron ellos los que se accidentaron al darse vuelta cuando regresaban y las consecuencias fueron fatales para el conductor del auto, mientras que su acompañante sobrevivió pero sufrió serias lesiones que anoche lo tenían en grave estado.

La víctima mortal se llamaba Juan Carlos Canizo. Era chapista y mecánico. Vivía con su familia en el Barrio Parque Industrial, en Chimbas, y en la misma casa tenía su taller. A ese lugar iba prácticamente todos los días Carlos Silveiro Riveros, un albañil y changarín con quien compartía una amistad de muchísimos años. Allí pasaban horas conversando y haciendo planes, como ocurrió el último sábado, cuando se pusieron de acuerdo para ir a llevar flores a la gruta en honor a Leonardo Ruperto Suárez, un amigo de ellos que con 39 años falleció el 2 de diciembre de 2012 al chocar en moto contra una camioneta, en la Ruta 40.

Un testigo dijo que vio que las víctimas se accidentaron solas

Canizo y Riveros salieron en el Chevrolet Corsa que el primero de ellos había adquirido hace poco. "Son autos que vamos comprando y reparando, pero el vehículo estaba bien, era nuevo", explicó Juan, hijo del mecánico. Los amigos pasaron por Albardón, donde Canizo tenía familiares, y luego fueron hasta la gruta, situada cerca de la zona de Talacasto.

Muerto. Juan Carlos Canizo guiaba el auto en el que volcaron.

Nunca imaginaron que al regresar iban a cruzarse con la tragedia. Fue a eso de las 19.45, en Chimbas, cuando transitaban por calle Salta en dirección al Sur. Unos 500 metros antes de llegar a la Costanera, por razones que se tratan de determinar, el conductor perdió el dominio del Corsa, invadiendo el carril contrario para luego atravesar la banquina, colisionar contra el guardarraíl y caer en un barranco de una altura de 3 a 4 metros formado por el paso del agua que deja la creciente, señalaron fuentes judiciales. "Pensamos que pudo haberse quedado dormido", dijo el hijo de Canizo, cuyo cuerpo quedó aprisionado bajo el vehículo, perdiendo la vida en el acto. En cambio, su acompañante sobrevivió, pero su estado era crítico. "Estamos destruidos, todo Chimbas está así, mi viejo era muy conocido y muy buena gente", lo describió Juan.

Grave. Carlos Silveiro Riveros anoche seguía internado.