Palabra cumplida, a medias y otra vez con dudas. La semana pasada Roberto "El Manteca" Agüero (35) declaró ante el juez federal Leopoldo Rago Gallo y prometía escándalo: dijo que quien le había dado la mayor cantidad de droga secuestrada hasta ahora (29,695 kg. de marihuana y 2,937 kg. de cocaína), tenía supuestos arreglos con los mismos pesquisas que lo detuvieron (Drogas Ilegales), con los de la federal y los de la Comisaría 2da. Y prometía nombres para ayer, pero llegó el día "D" y cuando se esperaba que se despachara con una lista mencionó al menos a un efectivo, dijeron fuentes judiciales.

Como imputado, Agüero no está obligado a decir la verdad y por eso quienes analizan su extensa declaración, que empezó el jueves y culminó ayer, miran de desconfianza su versión y se inclinan a creer que busca conseguir ventajas en su situación procesal.

¿Por qué la desconfianza? Porque no cierra que con sus antecedentes y su conocimiento del ambiente policíaco-delictivo, no sepa cómo se llaman los policías ligados a la lucha contra la droga en la provincia y la federal: "son un puñado, los que están en el ambiente saben quiénes son", dijo un jefe policial.

Que la droga se la daba un sujeto con un celular al que lo llamaban los clientes. Que ese sujeto tenía "arreglos" con varios policías. Que no cobraba porque él se beneficiaba de ese "arreglo", ya que así los policías no lo molestaban. Que cuando la atraparon el sábado 15 de agosto en el barrio Santa Teresita, en Capital, su pareja no tenía nada que ver. Que si veía a los policías los reconocía pero no podía dar nombres. Que prometía darlos pero al final nombró sólo a uno.

Un relato cargado de dudas. Ahora el juez verificará si la versión de Agüero es cierta o sólo busca ensuciar a un policía.