Numerosa fue la búsqueda de Rivas. Hasta con perros y el uso del helicóptero
de la provincia fue necesario para dar con su cuerpo.

"Las montañas no son estadios donde satisfago mi ambición de logros, son las catedrales donde practico mi religión. Yo voy a ellas como las personas van a la oración. Desde sus majestuosas cimas veo mi pasado, sueño el futuro y, con una inusual agudeza, experimento el momento presente... mi visión se aclara, mis fuerzas se renuevan. En las montañas yo celebro la creación. En cada viaje (a ellas) nazco de nuevo", había escrito en su perfil de Facebook Eduardo Rivas, citando al reconocido escalador soviético kasajo Anatoli Bukréyev, quien había conseguido ascender a siete montañas de al menos 8.000 metros de altura. Y fue justamente en esos lugares donde Rivas regocijaba su alma donde encontró la muerte: según la Policía, en la enésima y última incursión de su vida, todo indica que en el atardecer del sábado sufrió una caída en una de las complicadas laderas del Cerro La Sal, un kilómetro al Norte del dique Punta Negra, en Ullum. Y recién ayer, alrededor del mediodía, pudieron localizar su cuerpo, con evidentes lesiones de una violenta caída desde unos 50 metros, indicaron voceros policiales.

Eduardo Rivas amaba las montañas.

Rivas era buscado desde la noche del sábado, sobre las 20, cuando una de las dos personas que habían ido a practicar con él lo avistó por última vez en la zona donde finalmente lo encontraron. En su búsqueda, participó un numeroso grupo de personas, que incluyó a sus amigos y conocidos andinistas y otros deportistas, policías del Geras, de la seccional 15ta., particulares con perros y hasta el helicóptero de la provincia, para poder localizarlo. El rescate de su cuerpo fue igualmente trabajoso, precisaron.

Ahora, se completará un sumario policial con la investigación de rigor, que incluirá la toma de testimonios, pericias y, sobre todo, el resultado de la autopsia, que servirá para confirmar (como suponen los pesquisas) que Rivas perdió la vida por accidente.

Complicada es la geografía de las montañas donde ocurrió el desenlace letal. Para la Policía, la víctima sufrió un accidente.

Eduardo Rivas, tenía 65 años y un rosario de proezas deportivas a lo largo de 40 años en competencias de pedestrismo como duatlón, triatlón, maratón, ultramaratón y carreras de largo aliento, como la posta de 12x42 que unió Argentina con Chile, el Cross Country El Encón, una prueba de 90 km. O ascensos notables, como el Cerro Aconcagua (6.959 metros sobre el nivel del mar), el Cerro Mercedario (6.770 m), el Siete (5.750 m) y el Dos de Ansilta (5.850 m). Se quedó con el sueño de ascender el Everest.