Fernando Damián Kainer (49), gerente de la financiera “Magui Express”, se encuentra detenido en el marco de una causa que se tramita en Mendoza, en el que está acusado de abusar sexualmente de una hijastra menor de edad. Según la acusación, durante los años 2011 y 2012 supuestamente abusó de una hijastra que en ese entonces tenía 11 años. Eso habría ocurrido al menos 7 veces, consta en la denuncia.

Ahora bien, no es la primera vez que Kainer aparece en las portadas de los diarios. Hace unos meses fue noticia por una lucha que comenzó para poder ver a sus dos hijos, posibilidad que no tenía a causa de una restricción de alejamiento que le interpuso su ex ante la Justicia por una denuncia por violencia de género.

Así las cosas, desde el entorno dijeron a este diario del hombre sostienen que esta denuncia está atada a la lucha judicial y pública por ver a sus hijos de sangre.

Kainer mientras era trasladado a la Central de Policía

Por esa razón integró junto a otros padres y madres el grupo "No más hijos rehenes" y dio varias notas a la prensa haciendo valer su reclamo.

"Hace 4 años y medio por intermedio de una denuncia de violencia de género me hicieron exclusión del hogar y me impidieron el contacto con mis hijos con medidas cautelares que se fueron prolongando en el tiempo. Desde mayo de 2015 que no tengo ningún contacto con ellos. Son todas denuncias falsas", había dicho en enero de este año a San Juan Al Día.

Kainer tiene dos hijos en Mendoza fruto de su relación con Corina Kobylanski. A esa mujer la conoció en 2007 en Buenos Aires, luego de que ella se separara de su segundo esposo, con quien tuvo cuatro hijas. De su primera relación nacieron dos hijos.

Ella acudió a Kainer para que la ayudara económicamente, formaron pareja y se fueron a vivir a Mendoza, donde años después comenzarían los problemas. A la vecina provincia llegaron en 2012 para iniciar un importante proyecto gastronómico-turístico en Lavalle. Lo llamaron Las Marujitas.

Acusado de intentar matarla

Una de las tantas denuncias que Kobylanski le hizo a su ex fue porque supuestamente el hombre, en complicidad con su psiquiatra, la quiso "volver loca" para quedarse con su patrimonio. Según Los Andes, para la Fiscalía de Violencia de Género se trató de un intento de asesinato, pues el cóctel de medicamentos suministrado habría puesto en riesgo la vida de la denunciante.

La causa judicial se inició en 2015, cuando la empresaria porteña denunció al que en ese momento era su marido, y al psiquiatra mendocino Juan Florencio Reboredo, que la atendía.

En 2012 ella fue internada en el hospital Italiano por un problema óseo y allí empezó a tratarla Reboredo.

Según Los Andes, el médico se hizo amigo de la familia, incluso iba a los cumpleaños de la mujer, al tiempo que le habría suministrado una batería de remedios para trastornos mentales graves, de efectos hipnóticos, antidepresivos, antipsicóticos y antiepilépticos.

En el expediente consta que el cóctel actuó como "un chaleco químico" que perturbó por largo tiempo su psiquismo y disminuyó sus facultades mentales al punto de tornarla vulnerable a cualquier situación de la vida cotidiana.

En agosto de 2018, el fiscal de Violencia de Género Daniel Carniello remitió el expediente a la Fiscalía de Homicidios al considerar que se trató de un intento de asesinato, que habría sido orquestado por el ex marido de la denunciante y también por el psiquiatra. El médico la trató y le habría suministrado un cóctel de medicamentos que habrían puesto en peligro la vida de la paciente.

Carniello comenzó a investigar el caso, llamó a testigos y a peritos y llegó  a la conclusión de que se trataría de un femicidio en grado de tentativa, que tendría como autores a Kainer y al psiquiatra Reboredo. Por eso remitió el expediente al fiscal de Homicidios Horacio Cadile.

La empresaria declaró que el médico le había dado una batería de medicamentos. El cóctel fue ratificado por un informe de la obra social OSDE, a pedido del fiscal.

Una testigo fundamental -la empleada del matrimonio- aportó un dato importante: declaró que Kainer le había pedido que le suministrara unas gotas a la mujer, sin que ésta se diera cuenta.

Quien también aportó información fundamental para la investigación fue el psiquiatra Rubén Contreras, quien trató a la mujer luego de Reboredo. El médico indicó que Corina no tenía ni tiene ninguna perturbación mental sino una personalidad normal, caracterizada por la necesidad afectiva. 

En cuanto a la medicación que habría sido recetada por Reboredo, afirmó que las altas dosis de ansiolíticos disminuyeron las funciones psíquicas de la paciente, poniéndola en una situación de "altísima vulnerabilidad e influenciabilidad" que puso en riesgo su vida.

Para Contreras, la mujer no tenía síntomas de un trastorno afectivo o bipolaridad, ni ningún cuadro psiquiátrico severo que ameritara la medicación prescripta por el profesional ya que, luego de dejarlas y durante los tres años siguientes, la mujer no presentó ninguna sintomatología.

Desde el entorno del acusado dijeron a este diario que esa y otras denuncias más "se le han caído a la ex y le hizo esta denuncia", en referencia al supuesto abuso de la hijastra que lo tiene ahora tras las rejas. Afirman que su intención final es alejarlo de sus hijos y que de esa manera no los pueda ver.

Sobre él pesaba un pedido de captura nacional.