EL BLANCO. Luego del asalto, la estación de servicio ‘Sánchez Huerta‘ se llenó de policías de distintas divisiones. Anoche, los pesquisas trabajaban para tratar de localizar a los malvivientes.


Unos 7 minutos. Ese fue el tiempo que les tomó ayer a al menos cuatro sujetos armados concretar uno de los asaltos más importantes de los últimos tiempos en la provincia. Los malvivientes llegaron a una estación de servicio de Capital y subieron a una oficina. Allí esperaron el momento oportuno para ingresar al lugar y luego de unos minutos, desnudaron sus intenciones. Fuentes policiales informaron que uno de los ladrones sacó un arma de fuego y con ella golpeó al propietario del lugar, mientras sus cómplices reducían a tres empleados. Luego de eso, la banda escapó con casi 1.000.000 de pesos, precisaron fuentes del caso.


El ataque ocurrió en la estación de servicio ‘Sánchez Huerta’, en avenida Rawson, entre calle San Lorenzo y lateral de Circunvalación, en Concepción. Según la Policía, en las cámaras de seguridad del lugar se observa que a las 13 cuatro sujetos vestidos con ropa común y a cara descubierta suben a la planta alta de la estación, donde se encuentra la administración. Allí estaban Ricardo Sánchez Huerta (74), el dueño, y tres empleados.


Fuentes policiales informaron que para ingresar allí se debe esperar que accionen desde el interior un botón que destraba la puerta. Los sujetos esperaron que un empleado abriera y al hacerlo le dijeron que eran proveedores. Así consiguieron entrar y después de esperar en una antesala, uno de ellos sacó un arma y amenazó al hombre que le abrió. Ya reducido, ingresaron a la oficina donde se encontraba el propietario y le abrieron la cabeza de un cachazo, mientras sus cómplices maniataban a una empleada y reducían a su compañero. 

En la Policía están convencidos de que hubo un entregador


La versión policial señala que sin más obstáculos, los ladrones tomaron una mochila y bolsas de consorcio que contenían 40.000 dólares (unos 636 243 pesos), alrededor de 300.000 pesos, 30.000 pesos chilenos (726 pesos) y celulares de las víctimas. El golpe duró unos 7 minutos y la banda escapó con la plata que era para el pago de proveedores e insumos.