"Somos amigos de Liliana", le dijo la pareja, para tirar el anzuelo. Y don Ramón Valenzuela, de confiado, cayó en la trampa y pensó que conocían a su hija. Parecía un matrimonio "de bien", de buen aspecto, relató. Con decir que el sujeto contó que era médico, la mujer aparentaba estar embarazada y andaban en un Peugeot 307. El anciano mucho no dudó, menos cuando le mostraron dos fajos de billetes que querían que los guardara en su casa porque debían viajar a Italia. Convencieron de tal manera a don Ramón, que lo llevaron a su domicilio en el Bº Smata y ahí el increíble cuento de ayer en la mañana tuvo un final para nada feliz. Al anciano le robaron 17.000 pesos -entre moneda nacional y dólares- y a su esposa le sacaron otros 8.000.

Lo sufrido ayer por Ramón Valenzuela (78) y su esposa Esther Odema (74) fue uno de los tantos "Cuentos del tío", pero no fue algo al azar. Ese hombre y esa mujer llegaron a eso de las 11 al corralón de Valenzuela, ubicado en calle Sargento Cabral, preguntando por el "papá de Liliana". El anciano los atendió y entonces se presentaron como "amigos" de su hija. Lo saludaron atentamente y le contaron que tenían que viajar a Italia y que necesitaban que les guardara dinero en su casa. "Me mostraron dos fajos de billetes en pesos y dólares. Me pidieron que les hicieran el favor de guardarles esa plata porque nos conocían y nos tenían confianza. Estaban bien vestidos y parecía gente de buena posición. Él dijo que era cardiólogo y la mujer estaba embarazada", explicó Valenzuela.

Convencieron al anciano, pero a la vez le pidieron que, para tranquilidad de todos, guardara el dinero en el mismo lugar que tenía sus ahorros. Hasta rogaron acompañarlo a su casa para ver si el sitio donde iba a dejar la plata era seguro y que "no tuviera humedad", según Valenzuela. Sin darle tiempo a pensar, subieron al anciano a un Peugeot 307 y lo llevaron a su domicilio en Paula Albarracín de Sarmiento al 989 del Bº Smata, Capital.

La mujer se quedó con su esposa Esther en el comedor. Él, mientras charlaban, llevó al sujeto al baño para mostrarle que guardaba sus ahorros en una bolsa de nylon, debajo del lavamanos. Cuando el abuelo mostró la bolsa con sus 11.000 pesos y 1.500 dólares de sus ahorros, el desconocido se la manoteó y le dio una cachetada para luego salir corriendo. A todo eso, su acompañante había hecho lo suyo: en un descuido de la mujer de Valenzuela, se metió a su dormitorio y le robó otra bolsa con 8.000 pesos que tenían en un ropero. Para cuando los ancianos salieron a los gritos, la pareja y otro delincuente escaparon en el auto.