Este jueves, Patricia Coria se presentó ante el juez y aprovechó la oportunidad que le dieron para tomar la palabra y explicar cuáles eran los servicios que prestaba en su estética; lugar donde, según una denunciante, promovían la prostitución.

Coria aseguró que ella conoce a "presidentes y senadores" que le pedían hacerles tratamientos y vio la necesidad de abrir una estética. También dijo que en el mismo espacio tiene un sexshop habilitado y que en la estética se daban diferentes servicios y ejemplificó: "Las copas que han encontrado es porque nosotros tenemos una médica que cumplía 20 años de casada y quería regalarle a su marido una sesión de masajes juntos".

Además, dijo que todo lo que se ha encontrado en la estética es del día a día de trabajo. "Si estaban descompuestas (por las empleadas), había analgésicos; si tenían hambre, se les daba de comer y al final del día, a veces se festejaba", amplió.

La queja de un cliente sobre la denunciante

"El miércoles un cliente bajó a la recepción y se quejó de que mientras se estaba cambiando, le faltaba dinero en su billetera. Ella bajó muy nerviosa, dice que no había tocado nada y él confirmó que no tenía esa plata. Ella pidió que la revisaran pero él se negó".

El supuesto nerviosismo de la empleada

"El 5 de mayo les pagué a todas y ella me dijo que había sacado unas cosas del sexshop para que se lo descontara en el próximo sueldo. Ese día estaba muy nerviosa y pidió hablar conmigo, lo cual siempre estoy disponible".

El curso de la mentira

"Ella mentía mucho y sé porque he hecho un curso. Estuve rodeada de jueces y gente de Tribunales me invitó a hacerlo porque a mi me gusta porque también es parte de mi trabajo, saber si te mienten o lo que te dicen".

Clientes con chequeras y anillos con brillantes

"Era la primera vez que faltaba dinero. Han ido clientes con chequeras, anillos con brillantes. No puedo dar nombres pero atiendo a gente de la Corte. Maquillo novias y en los canales, toda mi vida ha sido de estética".

Los "accidentes" que tuvo su empleada con los clientes

"Un cliente estaba haciéndose un tratamiento para reducción de abdomen y lo quemó. Le dije que se pusiera un producto y que luego volviera porque había pagado ese servicio. También hacía depilación de cejas y quemó a la clienta y tuve que seguir yo porque hace años que trabajo en esto. He depilado a jueces y fiscales".

"A una neuróloga le dejó marcas, hematomas y dejó de ir".

El anuncio de la renuncia

"Me dijo que se sentía muy mal en la estética y yo le dije que no se la obligaba a hacer nada. Me dijo que iba a renunciar y ante su actitud nerviosa y sacada, le dije que sí, que se retirara".

La conducta extraña

"Había días que llegaba mal, agresiva, le dolía el cuerpo, pedía tomar antinflamatorios. Me he enterado que no fumaba cosas normales y nos enteramos que se había hecho piercing en sus pezones".