Complicados. A pesar de sus argumentos, el piloto Eric Koller fue procesado, pero seguirá libre. Su socio Federico Vargas (abajo), en cambio, estuvo prófugo y el juez decidió dejarlo preso.


Brasil y los renombrados destinos turísticos del Caribe: Cuba, Playa del Carmen, Punta Cana, Cancún, Orlando, en Miami. Viajes de placer, en soledad, en familia o en grupos familiares, en pareja, como la que planeó su luna de miel en uno de esos paradisíacos lugares. O aquellos, ya más numerosos (unos 80) que pensaban ir a ver al papa Francisco por la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá. Pagaron más de 5 millones de pesos (125.000 dólares a diciembre de 2.018) y se quedaron sin viaje, sin plata y con mucha bronca.

Otros que lamentaron ese saldo negativo en su balanza de ingresos, fueron los propietarios de la firma mayorista "Viacor", que pagó unos 508.000 dólares (unos 20 millones a diciembre de 2018) hoteles, excursiones, alquiler de autos y otros servicios turísticos sin recibir nunca el dinero de la empresa que la contrató desde San Juan: "d"viaje destinos". A la cotización de ayer del dólar, el total del fraude ascendería a unos 39 millones de pesos.

Un año después, el caso cerró en la etapa de investigación para el juez de Instrucción Martín Heredia Zaldo, con una conclusión para nada favorable contra los responsables de la empresa turística local: Eric Germán Koller (37) y Carlos Federico Vargas Oviedo (44).

Al primero lo procesó sin prisión preventiva por estafas reiteradas contra 34 denunciantes (incluida la firma "Viacor"), le ordenó un embargo de 100 millones de pesos y decidió que siga en libertad pues se sometió al proceso judicial sin obstaculizarlo.

Con su socio la situación fue muy distinta: el juez ordenó también embargarle bienes por 100 millones pero lo procesó con prisión preventiva a pesar de que la estafa es excarcelable. El magistrado tomó esta salida pues le quedó claro que puede fugarse o entorpecer la investigación, pues cuando las denuncias en su contra se multiplicaron y lo citó (en febrero pasado), desapareció de la provincia y recién 8 meses después fue capturado en Santiago del Estero. Allí, trabajaba en la localidad de Anatuya, donde se hacía pasar por su hermano. Cuando declaró, dijo que se fugó por consejo de su primera defensa penal.

La suba del dólar, los intereses bancarios, un desequilibrio entre lo que ingresaba y debían pagar o la venta de autos y propiedades para intentar cumplir sus compromisos, se destacaron entre sus razones para demostrar que no buscaron estafar.

Pero el juez no les creyó, pues los argumentos de los empresarios incluyeron haber dicho que pagaron por hoteles o vuelos y se demostró que eso no fue así, "ni por uno ni por 80 clientes", consta en el expediente.

El desorden en la administración de su empresa desviando el pago de los pasajeros hacia otros destinos para tapar agujeros, no fue para el magistrado un justificativo válido, pues entendió que si sabían de ese desequilibrio no tendrían que haber continuado nunca con la venta de servicios turísticos, como lo hicieron. Eso, para el juez, fue la prueba de que engañaron a sus clientes, según fuentes judiciales.

El caso ahora podrá ser revisado por un tribunal superior.