Graciela Cuello ayer no paraba de llorar al hablar de lo sucedido. Contó que sus pequeños hijos le preguntaban por "su casita" y no sabía qué decirles. Para ayudarla, comunicarse con sus vecinos al 2645510571 ó 2645843800.

Una mujer de escasos recursos y sus 6 hijos quedaron en la calle después de que un feroz incendio en su precaria vivienda devorara todas sus pertenencias. El siniestro ocurrió en la mañana de ayer en un pequeño rancho de 4 x 3 metros de adobe, caña y palos, ubicado en el centro del "Campito II" (así lo bautizaron los vecinos), una zona de difícil acceso donde sólo se puede entrar a pie por un callejón, en Villa Dolores, Caucete. Según los investigadores policiales, no se descarta que haya sido intencional.

El único consuelo que tiene Graciela Cuello (28) es que de milagro no ocurrió una tragedia. Es que una decisión de último momento evitó lo que pudo ser la muerte de sus criaturas. La mujer salió de su vivienda a las 6 para llevar a su bebito de 20 días enfermo al hospital departamental. Y, pese a que en un principio no lo iba a hacer, despertó a los otros niños de 10, 8, 6, 5 y 3 años y los llevó hasta la casa de una tía. Tan sólo 20 minutos después la humilde construcción ardía completamente.

Fueron los vecinos los que primero, en medio de la oscuridad, ayudaron con baldes a apagar el fuego. Los Bomberos Voluntarios de Caucete llegaron minutos después, pero poco pudieron hacer. Las llamas dejaron todo reducido a escombros. Se quemó una heladera, una cocina, un secarropas, un televisor, un lavarropas, un celular, tres camas, colchones, un juego de mesa y sillas, un ropero, ropa, muebles, un ventilador y otros objetos que había en el rancho, dijo Cuello. Además, se vino abajo el techo y parte de las paredes, por lo que quedó inhabitable.

Lo que ahora tiene ocupados a los investigadores es la causa del origen del fuego. En primera instancia se creía que pudo ser por un cortocircuito en las precarias instalaciones eléctricas de la vivienda, pero la palabra de los vecinos instaló dudas. Es que dijeron que vieron a un sujeto encapuchado salir corriendo minutos antes de que el fuego se volviera incontrolable. Y también indicaron que había mucho olor a nafta en la casa.

Lo cierto es que la mujer estaba desesperada. A ese rancho que le prestaron había llegado hace un año, y con mucho esfuerzo lo fue armando para que sus hijos pudiesen llevar una vida lo más digna posible, dijo Cuello. Pero ahora quedó en la calle, con un bebé enfermo y con lo puesto. Para peor, el único ingreso que tiene es lo que cobra de un plan del Gobierno. "Nos quedamos sin nada", alcanzó a decir antes de estallar en lágrimas.