La brutalidad con la que mataron y buscaron deshacerse del cuerpo de Rubén Darío "Merluza" Quiroga (50) es de una alevosía que al o los autores del crimen, les pesará cuando los condenen. Los pesquisas de la Policía de San Juan dieron en las últimas horas con restos que serían de este hombre: fragmentos de huesos calcinados. Además, hallaron una tapa de un celular y partes de lo que serían los frenos de una bicicleta, similar a la que se movilizaba la víctima. También dieron con una barreta de hierro, la que sería el arma homicida y con la cual lo liquidaron a golpes.

El caso tiene tras las rejas a una pareja, Glenda Aciar (23) y su concubino Luis Montaño (31). Una confesión en sede policial lo pone como únicos responsables, aunque el autor material del horrendo crimen sería el hombre, un trabajador minero que cumplía funciones en Veladero, dijeron a este diario fuentes de la investigación.

Un dato más se conoció en las últimas horas: creen que Montaño terminó la faena, estuvo unos días en el pueblo y luego subió a la mina Veladero, donde cumplía funciones. Desde ese lugar llamó en más de una vez a su mujer para indicarle cómo comportarse ante la policía que, después de varios días desaparecido, empezó a estar en el radar de los investigadores. 

Sospechan que le fue indicando los pasos a seguir, pero la mujer no resistió tamaña carga emocional al punto que cuando la entrevistaron fueron a la casa la notaron nerviosa y recién rapada, imagen que les resultó al menos llamativa, luego de que en la comisaría se haya comportado normal.

La zona de los hallazgos fue indicada por la pareja. El pozo negro está en la misma vivienda donde convivían Aciar y Montaño, en Ruta Nacional 150 y calle Tiro Federal, en Rodeo, departamento Iglesia.

La investigación policial, con un aporte clave entregado por la mujer cuando se quebró ante las insistentes preguntas, apunta a que Montaño se enteró de una relación prohibida entre su mujer y el 'Merluza'. Que aparentemente obligó a que cite a Quiroga la noche del 23 de mayo pasado y que allí lo mataron y luego lo incineraron con la idea de que no queden rastros.