Plásticos esparcidos, el casco con un daño importante en uno de sus costados, la moto con el frente destruido. Y lo peor, el conductor de ese vehículo tirado en medio de un charco de sangre. Con ese cuadro se toparon los policías de la Seccional 13ra ayer, sobre las 6,40, cuando les avisaron que una persona había sufrido un accidente en una calle de ripio de Rivadavia. Según fuentes policiales, los uniformados nada pudieron hacer por ese hombre, tampoco el personal de la ambulancia que llegó luego.

Después se determinó que se llamaba José Luis Molina, que tenía 45 años y era padre de varios chicos pero estaba separado de su mujer, dijeron allegados a su familia que, ayer, desconocían hacia dónde iba ese hombre que vivía en Villa Capdevila, sobre la avenida Benavídez, en Rivadavia.

El hecho que le costó la vida a Molina ocurrió alrededor de las 6,30 cuando transitaba hacia el Oeste por Sargento Cabral (más conocidas como Coll), entre Rastreador Calívar y avenida Libertador, en Rivadavia.

Los investigadores habían establecido que Molina circulaba a bordo de una moto Daelim 110cc. Y que por alguna razón se desvió hacia su derecha y se fue directo contra un árbol a la altura del predio del Instituto Hortícola Semillero (Insemi).

No descartaban que el siniestro hubiese ocurrido porque Molina haya intentado evitar algún obstáculo, como algún animal o algún vehículo. Tampoco que en la producción del accidente hubiese influido alguna falla mecánica de la moto que guiaba. Pero se inclinaban más a pensar que la tragedia hubiese ocurrido por algún problema en la salud del conductor, como una descompensación orgánica. Esperan el resultado de las pericias y el de la autopsia para determinar el origen de esa tragedia.