Habían pasado unos minutos de la 1 de la madrugada de ayer, cuando Falconides Delgado (87 años, le dicen "Don Morocho") sintió que golpearon la puerta de calle y salió de su cama. Tal vez creyó que era alguno de sus dos hijos o sus nietos. Por eso, a pesar de la hora, abrió confiado. Un empujón lo sumió en una confusa situación. Y una trompada que lo estrelló de cabeza contra la pared más un pie presionando su cuello sirvieron para aclararle que se trataba de un asalto. Según José Luis Delgado, nieto de la víctima, luego del ataque a golpes, su abuelo nada pudo hacer para evitar que ese sujeto que casi no lo habló y cubrió su rostro con una capucha, revisara los muebles de la casa del anciano en Villa Obrera, Chimbas, en busca de una plata que la víctima no tenía. Apenas $500 fue el magro botín que pudo embolsar el delincuente antes de huir.


Instantes después, "Don Morocho" pudo pedir ayuda a sus vecinos y a los minutos llegó al Hospital Rawson, donde estuvo internado hasta el mediodía.

Electricista de alma

"Don Morocho" se jubiló como electricista en una empresa estatal, y los años no representaron ningún obstáculo para que siguiera haciendo lo mismo. Era conocido en su Villa Obrera de toda la vida por arreglar planchas y otros aparatos eléctricos, pero tampoco le temía a las escaleras cuando decidía hacer unos pesos con instalaciones domiciliarias y otras changas, como podar árboles, explicó su nieto.


Porque con 87 años Falconides no se siente viejo. Es más, José Luis Delgado aseguró que se moviliza en bicicleta y no tiene problemas serios de salud al día de la fecha, pues no precisa de ningún medicamento para pasar el día a día. Ese nieto y el resto de la familia son los que se encargan de bajarle un cambio, de decirle que ya no es necesario eso de las escaleras ni otros riesgos innecesarios. Que trabaje, sí, pero sólo en changas que lo limiten a estar en su casa.

La familia del anciano agradecía que el ladrón no lo hubiera golpeado con algún objeto.

Ayer, esos familiares estaban convencidos de que el atacante es alguien que conocía a "Don Morocho". "Él nos dijo que el tipo tenía una capucha y casi ni lo habló, por eso pensamos que es algún conocido. Menos mal que no lo golpeó con un arma u otra cosa, porque esto podría haber terminado en una desgracia", concluyó.