Fue un encargado del boliche el que lo encontró en la zona de los baños, hasta donde se acercó por el putrefacto olor que percibía. Cuando llegó al lugar, se topó con un cuadro macabro: el olor era del casero del local, que yacía boca abajo, muerto. Ocurrió alrededor de las 11 de ayer. Los peritos y el médico de Criminalística estimaron después, que ese hombre llevaba al menos dos días de fallecido. Y que presentaba al menos un golpe en la zona de la frente, lo que dejó instalada en el acto la duda sobre la verdadera causa de su muerte, indicaron fuentes policiales.

A pesar de que no descartaban ninguna teoría sobre el repentino deceso de Gripino Cenón Castro (de unos 73 años), un simple vistazo a las instalaciones y el predio del boliche "El Cortijo" (ubicado en Juan José Bustos, entre Salta y Caseros, Caucete) los llevó a pensar que quizá pudo haber sufrido una muerte no violenta. Y que la lesión de un golpe en la frente, pudo producirse por la propia caída al piso tras una supuesta y repentina descompensación orgánica.

Sostenían esta suposición en el hecho, aparente, de que en el boliche no faltaban cosas de valor y que los ingresos, como puertas y ventanas, no presentaban signos de violencia.

De todos modos, los investigadores que dirige el jefe de la Seccional 9na., comisario inspector Armando Ruarte, fueron cautos ayer y prefirieron esperar el resultado de algunas pericias antes de concluir qué fue lo que realmente le ocurrió a ese hombre que vivía en una vieja casa en el fondo del predio del local bailable.

La autopsia en el cadáver, cuyo resultado podría conocerse hoy, será fundamental para aclarar si el golpe tuvo o no influencia decisiva en el resultado letal.

Otra prueba clave es el análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad del boliche. De ahí podría desprenderse si existió o no algún atacante.