Ante el juez, el médico Carlos Cabrera (izquierda) no dio su versión. El fiscal Renato Roca (derecha) y el ayudante fiscal Ignacio Domínguez (centro) le imputaron homicidio culposo.

El médico pediatra Carlos Dante Cabrera (57) empezó ayer a ser investigado por la Justicia provincial como presunto autor del homicidio culposo (causar una muerte sin tener esa intención) de Oriana Salinas Santana, la beba de 1 año y 5 meses que murió a causa de una neumopatía el 30 de julio pasado. Ayer, el fiscal Renato Roca y el ayudante fiscal Ignacio Domínguez (UFI de Delitos Especiales), consideraron que Cabrera debe responder por ese delito, porque el día previo a la muerte de la nena, ni siquiera vio una placa radiográfica que le hicieron y le dio el alta porque consideraba que los análisis 'no estaban tan mal', recetándole sólo un antibiótico (Amoxidal 500 mg), cuando lo indicado hubiera sido dejarla internada y tratarla (como recomienda la Sociedad Argentina de Pediatría) pues tenía un alarmante bajo nivel de glóbulos blancos, precisaron en Fiscalía.

Cuando el juez de Garantías, Diego Sánz, le dio la oportunidad de dar su versión, Cabrera se abstuvo de declarar por recomendación de su defensor, Federico Aguiar. Y seguirá libre, pero deberá presentarse cada vez que sea citado, no obstaculizar la investigación y no salir de la provincia sin previa autorización judicial.

'Estamos conformes con que se investigue a este médico, pero queremos que se impute a todos los médicos que vieron a nuestra hija y no hicieron lo que debieron', dijo Heidy Johana Santana (29), que junto a su marido Héctor Salinas (29) presenciaron la audiencia. Oriana era la segunda hija de ambos. Ayer recordaron que la llevaron por primera vez al centro de salud de su obra social el 26 de julio; para entonces la criatura llevaba dos días sin comer ni tomar agua. Allí le dieron un jarabe, pero siguió igual y el 28 de julio por la noche la llevaron al hospital Guillermo Rawson con tos, flemas y 37,8 grados de fiebre, según consta en la investigación.

Los papás de la beba fallecida, Héctor Salinas (29) y Johana Santana (29) volvieron a reclamar ayer públicamente que 'se impute a todos los médicos que vieron a nuestra hija y no hicieron lo que debían'.

A eso de las 23, le hicieron análisis y una placa radiográfica. Recién alrededor de las 2,30 del día 29, el pediatra Cabrera intervino. Según los papás, les dijo que 'aparentemente los análisis no estaban tan mal' y sin ver la placa, le dio el alta recetándole sólo el antibiótico Amoxidal 500 mg. Según la joven madre, esa vez le dijo al médico que la nena llevaba cuatro días sin comer ni tomar agua, pero el profesional le respondió que podía aguantar entre 10 y 15 días en ese estado. Esa madrugada se fueron del centro de salud, pero la beba empeoró su situación sanitaria. Alrededor de las 22 del día 29 de julio, la llevaron al hospital Marcial Quiroga y allí empezó a vomitar 'un líquido marrón', según los padres. Tras insistir para que la atendieran, una médica vio los análisis y les dijo que no entendía por qué le habían dado el alta médica, pues tenía los glóbulos blancos muy bajos: 'No tiene defensas', habría precisado la profesional de la salud. Y la internó, pero volvió a vomitar, le pusieron una sonda para sacarle las flemas y cerca de las 3, otro profesional médico les explicó a los padres que debían derivarla al hospital Guillermo Rawson, porque estaba al borde de un paro cardíaco y no tenían cómo tratarla ni la aparatología necesaria en el hospital Marcial Quiroga. Unos cinco minutos después, y ya en la ambulancia, la nena sufrió un ataque cardíaco y no fue posible recuperarla, según el testimonio de los padres, que ahora es investigado.