Francisco Walter Manrique, de 23 años, mira las fotos de su camioneta Peugeot Partner literalmente partida al medio y no lo puede creer. “Sólo tengo un moretón y un raspón. Le agradezco a Dios que me dio la chance de volver a nacer”, le confía a DIARIO DE CUYO después de recibir el alta esta mañana para permanecer en reposo en su casa.

El joven que trabaja en la construcción, cuenta que ayer por la mañana se levantó, desayunó y salió de su casa con rumbo al banco. Pero cuando circulaba por Ruta 40, en dirección Norte, entre General Acha y Progreso, algo salió mal. “Recuerdo que hice una curva y se me fue la camioneta, mordí la banquina y perdí el control. Pegué el volantazo para no pegarles a los autos que venían al lado y se me fue. Después, no me acuerdo nada más”, relata Francisco a 24 horas del terrible accidente en el que, después de eso, chocó contra un auto Chevrolet Corsa y con un pilar, lo que llevó a que su camioneta quedara partida al medio y una de las puertas, colgada de un árbol.

Y continúa: “Lo próximo que aparece en mi memoria es que salí caminando de la camioneta y me paré al lado. Ahí vino un hombre y me dijo que me sentara. Cuando llegó la ambulancia subí solo a la camilla”.

Fue luego de eso, cuando ya había sido sometido a todo tipo de pruebas y los médicos le confirmaron que sólo tiene un raspón en la pierna y un moretón en el brazo, que pudo ver las fotos del siniestro que había protagonizado. “Es increíble que yo no tenga nada, es un milagro. Mi familia me dice que gracias a Dios estoy bien, no lo pueden creer”, sostiene el joven, que sólo por precaución debe mantener reposo e ir al hospital si llega a sentirse mareado.

Para cerrar, reflexiona: “Le voy a agradecer a Dios toda la vida que me dio la oportunidad de volver a nacer, no me pasó nada. Ahora tengo dos cumpleaños”.