Dolor. La mujer (a quien se le oculta el rostro para proteger otras víctimas) muestra su dolor.

La noche del pasado miércoles 12 de marzo, Érica (41) revivió con dolor, una vez vez más, un flagelo que la azotó la mitad de su vida: una de sus hijas terminó golpeada con un hierro por su expareja porque no le quiso ocultar un celular robado. Y no lo quiso denunciar, a pesar de la insistencia de su madre. El episodio fue uno más de las muchas penurias que sufrió la mujer, que además de los golpes de quien ahora es su ex, debió soportar también que el sujeto violara a la hija de ambos, de 11 años. El sujeto, de 45 años y padre de los ocho hijos de Érica, fue denunciado por la mujer y luego confesó todo ante su familia, se entregó y ahora espera el juicio en su contra.
Érica está sola al frente de su familia. Sus hijos y tres nietos viven con ella en su casa en el Barrio Ansilta, en Rawson.


Dice que durante 20 años sufrió golpes, amenazas y maltratos de parte del padre de sus hijos y que soportó para mantener unida a su familia. ‘Dependía de él, me quitaba la plata de la asignación (un plan estatal), me pegaba a mí y a mis hijos y teníamos que soportarlo‘, recuerda.


Todo se agravó el 8 de enero pasado, cuando con la excusa de llevar a la pequeña de sus hijas de 11 años a conocer el aeropuerto, la subió a su auto, se la llevó a una casa abandonada y la violó. Al volver a casa, la niña se quebró, le contó todo a su mamá y el sujeto terminó preso el 12 de enero.


Ese día, aprovechó la ausencia de Érica en la casa y le confesó todo a sus hijos. ‘Si yo hubiera estado en ese momento, capaz hubiera hecho algo, pero ahora no me importa, sólo me importan mis hijas‘, dijo la mujer.


En medio del proceso para intentar seguir adelante, ahora es la segunda de sus hijas, de 22 años, quien sufre las agresiones de su expareja y padre de uno de sus dos hijos de 2 y 4 años. Según Érica, a las 21:30 del miércoles 12 de marzo, Jorge (23) encerró a su hija y la golpeó con un pedazo de hierro en la cabeza y el cuerpo cuando se negó a ocultarle un celular robado. El sujeto, para su pesar, sigue libre ya que su hija, por miedo, decidió no denunciarlo pese a la insistencia de Érica, que busca poner fin a la historia que los marcó.