Bronca. "Siento la ausencia del Estado y ya tengo decidido irme del país", dijo Andrea Aguirre. Ayer contó que tuvieron que invertir dinero para colocar alambre de púas sobre las paredes del fondo.

Andrea Aguirre (49) no aguanta la bronca cuando habla del episodio de inseguridad que le tocó vivir días atrás en su barrio, cuando un motochorro la tiró al piso para sustraerle la cartera donde tenía apenas $2.000 y documentación. Y también siente mucha impotencia, pues porque dice saber cuál es el problema que azota al vecindario y asegura que nadie hace nada. "Tengo al ladrón acá a la vuelta. Él delinque y manda a delinquir, alquila las habitaciones de su casa a delincuentes, ese es el último negocio que tiene, un aguantadero de ladrones... ahí hay tipos que no son del barrio", afirmó la mujer, profesora de yoga y decoradora de interiores.

Aguirre vive en la Barrio Santa Rosa, en Desamparados, Capital. Ayer todavía le dolía gran parte del cuerpo por el ataque que sufrió la noche del 24 de diciembre último, cuando caminaba por la calle Driollet, entre Edison y Pasteur. "Yo salía de misa y venía para mi casa. El asaltante andaba en moto. Me tiró la cartera por detrás, había oscuridad absoluta porque con el viento se había cortado la luz. Estaba indefensa y me caí, no me mató por poco", dijo mientras mostraba los moretones que aún tiene en los brazos. Esa vez también terminó con fractura del hombro izquierdo, fisura en una costilla y esguince en la muñeca del mismo costado.

La mira de Aguirre apunta a un hombre (tiene unos 40 años, se preserva su identidad) que vive justo detrás de su casa. Hace unos años cayó por droga, pero luego quedó libre. "Tiene ahí como un centro de operaciones. Conmigo es la quinta mujer que asaltan en el mismo lugar. Han atacado a personas grandes, las han quebrado como a mí. A una vecina hace poco le vaciaron la casa y a otra también le hicieron lo mismo, estando ella. Él es el que delinque y manda a delinquir. Este chico está perdido como desde hace 15 años en el alcohol y la droga, y nadie hace nada", sostuvo.

En el barrio los vecinos reconocieron que de noche no queda nadie en las calles.

Varios vecinos del barrio reconocieron que la inseguridad está latente. "La gente está poniendo alambres con boyeros, cámaras, no sale... y los flacos siguen ahí, es el mundo del revés. Cuando cae la noche no queda nadie en la calle", afirmó Aguirre. Adentro de su casa tiene algunas herramientas y la máquina de cortar pasto. "Tenemos todo adentro porque se trepan por los fondos y se roban cualquier cosa de valor", dijo. El caso fue denunciado y la Policía investiga.