Oscar Alberto Martínez (29) recibió 7 puntazos en varias partes del cuerpo, perdió mucha sangre y llegó a desvanecerse, pero tuvo suerte porque las heridas no fueron tan profundas y no pusieron en riesgo su vida. "Tuve miedo porque me salía mucha sangre y se me hizo una pelota en la pierna, pero la verdad la saqué barata", dijo ayer a este diario la víctima, que trabaja como albañil.

El ataque ocurrió el viernes por la tarde, a pocas cuadras de su casa en la Villa Santa Anita, en Rivadavia, sobre la calle Antártida Argentina a metros de Comandante Cabot. Martínez explicó que caminaba junto a una amiga cuando los abordaron dos sujetos en moto. Según su versión, ambos tenían casco y barbijos, por lo que no pudo reconocerlos. Allí tuvieron un entredicho y en un momento uno de los de la moto se bajó, sacó un cuchillo y comenzó un forcejeo que acabó con Martínez muy malherido. Cuatro de los puntazos los recibió en el muslo izquierdo, otros dos en el derecho (uno de esos fue el más profundo) y el restante en el abdomen. Además, terminó con cortes en el brazo izquierdo. La víctima dijo que, si bien fue imposible reconocer a los atacantes, sospecha que fueron unos con los que tuvo problemas hace un tiempo. Lo concreto es que luego del ataque caminó como pudo hasta su casa y se desplomó en la entrada. Sus familiares de inmediato llamaron a la ambulancia y recibió atención en el Hospital Rawson. "Sé quiénes pueden ser, pero no lo puedo confirmar. No nos robaron nada, por eso me parece que fueron unos con los que tenía problemas", confesó Martínez, que ayer continuaba caminando con dificultad.