Lo vieron en la casa el domingo en la noche cuando, sospechan, se metió a ver si podía robar algo pensando que todos dormían. El martes, también en la noche, el merodeo incluyó un ataque a pedradas desde el fondo y un patrullero de la seccional 7ma. lanzó algunos disparos intimidatorios para ahuyentarlo, mientras el perro de la casa encaraba enfurecido hacia la oscuridad del potrero. Pero el miércoles, a las 21.30, todo empeoró: cuando la joven pareja de caseros (María Pons y Alberto Flores) se aprestaba a cenar, se sorprendieron por el humo y el resplandor de las inmensas llamas que avanzaban implacables sobre los fardos de pasto. Y volvieron a sospechar del mismo sujeto, un chico de unos 12 años, con supuestos problemas mentales.

La primera reacción de los caseros de Juan Carlos Munafó (71) y Antonia Nardi (72) fue sacar de sus corrales a las cabras del hermano de Juan Carlos, Manuel, y esperar ansiosos la llegada de Bomberos mientras intentaban con sus vecinos una lucha despareja con el fuego en esa finca de callejón General Acha, entre 13 y 14, en Pocito.

Entre las 21.30 y las 6.30 de ayer, tres dotaciones de bomberos al mando del subcomisario Marcelo Herecia y el oficial Claudio Encina, descargaron cerca de 200.000 litros de agua con ayuda de dos camiones cisterna del municipio. Cuando todo pasó la conclusión fue grave: el fuego se inició en forma intencional y provocó la pérdida de unos 5.000 fardos valuados en unos 100.000 pesos. En la policía, intentan confirmar ahora si todo fue obra del problemático jovencito.