Hospitalizada. Patricia Aguirre tuvo que pasar por el hospital porque cuando le tironearon la mochila uno de los dedos se le salió de lugar. "Agradezco que no salí con mi hija", dijo.

Un delincuente sorprendió a una mujer cuando salía de su casa en su auto, le rompió una ventanilla y tras forcejear con ella logró robarle una mochila donde tenía documentación y unos 45.000 pesos en efectivo, denunció la víctima, identificada como Patricia Aguirre (37), quien tuvo que ser trasladada al Hospital Rawson debido a que cuando el ladrón le tironeaba la mochila se dislocó el dedo anular de la mano izquierda.

El hecho ocurrió sobre las 20.30 del último jueves, cuando Aguirre (es directora de una escuela) se disponía a poner en marcha su auto Peugeot, parado en la puerta de su casa, en inmediaciones de Estados Unidos y 25 de Mayo, en Capital.

"Iba muy relajada. Cuando me subí no vi a nadie. En eso que hago arrancar el auto sentí un estruendo en la ventanilla del acompañante, no sé con qué le habrá pegado", relató la víctima a este diario.

Sobre la falda tenía una mochila negra de cuero en la que guardaba el dinero con el que iba a pagar la residencia geriátrica de su suegra, boletas y el resto era para hacer compras en un supermercado.

"Metió el cuerpo y me tironeaba la mochila. Como todo fue de repente yo atiné a sostenerla, de puro reflejo nada más. Si hubiese estado en el asiento se la daba, no hubiese hecho nada", aseguró.

Cuando el delincuente logró quitársela y huyó corriendo por Estados Unidos en dirección al Norte, Aguirre atinó a pegarse a la bocina, en un desesperado intento para pedir ayuda.

Como no pasaba nadie, quiso arrancar, pero ahí advirtió un problema. "No podía porque me di cuenta que no podía mover el dedo. Después fui al hospital y me lo ubicaron en su lugar", dijo.

Para mí que me vio cuando subí sola, agradezco que no salí con mi hija, fue muy feo

La damnificada aseguró que esa zona es peligrosa y que es común que vecinos y transeúntes que pasan por el lugar sean víctimas de la inseguridad. "Es una boca de lobo, siempre hay robos y también muchos arrebatos", afirmó y reclamó por iluminación y más presencia policial. También que hagan algo con el predio que está frente a su casa, que si bien tiene cierre perimetral, "los alambrados están rotos, está siempre oscuro y se viven metiendo ahí". "Me sirve para tomar recaudos", cerró.