Los policías tampoco se salvan de los robos. En menos de veinticuatro horas, dos comisarios sufrieron en carne propia lo que es la inseguridad en las calles de la provincia. A uno le sustrajeron una moto de su propiedad de la puerta de su casa en Santa Lucía y al otro le robaron un rodado similar de la vereda de una clínica del centro, a donde había ido a hacer unos trámites.

Claro está que los ladrones no hacen distinciones y no pierden la oportunidad, pero dio la coincidencia que en esta ocasión las víctimas fueron dos jefes policiales. El primero, un comisario mayor que se desempeña en la Central de Policía. Según indicaron fuentes policiales, aparentemente fue por culpa o descuido de su hijo que el miércoles a la noche dejó la moto Gilera Smash 110cc. negra -propiedad de la familia- en la puerta misma de su casa en el barrio Jardín del Milagro, en inmediaciones de San Lorenzo y Colón, Santa Lucía. Entró por unos minutos a la vivienda, donde estaba todo el grupo familiar, y cuando salió la moto ya no estaba. Hay versiones de vecinos que habrían visto a dos jóvenes en una moto, uno de los cuales descendió y se llevó el rodado del policía, contaron las fuentes.

El otro hecho delictivo lo sufrió un comisario que trabaja en una seccional de la zona Capital. Fuentes policiales indicaron que ayer a eso de las 16, ese jefe policial fue en su moto Maverick 110cc. negra hasta un centro médico situado en calle Mitre, en el centro capitalino, para hacerse unos estudios o realizar unos trámites. No trascendió si la dejó con cadena o solamente con la traba. Lo cierto es que estacionó su moto en la vereda de ese local e ingresó, pero al rato descubrió que alguien se la había robado. El comisario habría radicado la denuncia en la Seccional 1ra.