Habían pasado unos minutos de las 10 de ayer y el rutilante amarillo en el cabello de un sujeto fue lo primero que llamó la atención de los pesquisas. Una mirada más atenta los llevó a sacarse la duda en el acto: era Juan Marcelo "El Gringo" Leiva (29) el mismo que habían atrapado en agosto de 2008 por el conmocionante crimen del carnicero Mauricio Tello en Rawson, cometido el 29 de junio de ese año. El mismo también que desde el 6 de mayo de 2010 quedó en libertad por el beneficio de la duda (aún sigue ligado al caso porque el fallo no está firme). Y el mismo que buscaban desde octubre pasado por el robo de 15 costosas camperas de la marca "Ansilta", ocurrido el 31 de julio del año pasado en el local del mismo nombre en Laprida al 460 Oeste, en Capital.

La captura de Leiva había sido ordenada por el juez de Instrucción Agustín Lanciani (quien lo había procesado por el crimen de Tello), luego de que en la casa de su madre y la de su hermana en el barrio Tránsito de Oro, en Chimbas, secuestraran 9 de esas camperas ya reconocidas por su propietario, dijeron fuentes policiales.

Aquella vez, los policías de Robos y Hurtos al mando del comisario Carlos Vallejos y el principal Luis Echegaray no pudieron localizar al sospechoso, que se mantuvo prófugo hasta que en la mañana de ayer el oficial subinspector Néstor Montiveros y el cabo primero Alejandro Brizuela lo avistaron detrás del kiosco de calle Rivadavia y Entre Ríos, en Capital. Lo sorprendieron desde atrás y no le dejaron ninguna chance luego de los primeros forcejeos. Los pesquisas sospechan que andaba con una mujer y un jovencito (que se fueron) en pleno merodeo para cometer algún ilícito, estimaron las fuentes.

Leiva había quedado en la mira de la Justicia cuando un hermano de Tello, Abel, lo reconoció como quien disparó a quemarropa cuando el comerciante pretendía salir detrás del mostrador para proteger a su esposa que, en pleno asalto, entraba al comercio de Doctor Ortega y Alvear, en Rawson. Aquella vez, ambos delincuentes huyeron sin robar nada.

Entonces Leiva se entregó y quedó preso hasta el 6 de mayo del año pasado, cuando la mayoría de los jueces de la Sala III (uno votó por condenarlo) entendió que habían más dudas que certezas para castigarlo a pesar del reconocimiento del hermano de la víctima. Y lo liberó. Días después, la Fiscalía y la querella pidieron a la Corte la revisión del fallo y ahora el máximo tribunal debe decidir.

Mientras espera ese fallo, Leiva deberá defenderse de la sospecha de ser uno de los dos que rompieron la vidriera de "Ansilta" el 31 de julio del año pasado, para robar unas 16 camperas y huir a toda velocidad y en contramano en una moto.