Cristian (21) y Jorge Rubia (26) habían recorrido unas cinco cuadras desde su casa en el barrio Canal Isla hasta el barrio Los Toneles, ambos en Chimbas. La versión policial y de vecinos del lugar es que pretendían saldar diferencias porque unos parientes cercanos suyos, unos niños, habían sido apedreados por otros chicos del barrio Los Toneles. Cuando llegaron a la altura de la manzana K, frente a la casa 17, otros dos hermanos, los Terrera, salieron a enfrentarlos. Y luego de un mínimo cruce de palabras, uno de los Terrera (en el barrio lo identificaron como Maximiliano) sacó un revólver y ya no hubo marcha atrás. Le apuntó en el pecho a Cristian y gatilló, pero la bala no salió. Entonces apuntó al suelo y volvió a gatillar y esta vez el proyectil se estrelló entre los pies de los Rubia, que en el acto comenzaron a correr, porque las balas desde entonces se sucedieron en seguidilla. Al menos tres de esos disparos se incrustaron en las paredes de la casa 17. Pero un cuarto se le coló por el costado izquierdo a Jorge Luis Rubia en plena carrera, justo cuando giró a ver a su atacante. La bala le atravesó todo el abdomen y al final le dañó el hígado, dijeron.

Víctima. Jorge Luis Rubia tenía 26 años.

Herido, corrió casi una cuadra y se desplomó. Su propios parientes lo cargaron en un auto hasta un centro asistencial, desde donde lo derivaron hasta el hospital Rawson. Allí perdió la vida ayer a las 3,40.

Todo pasó entre las 20,30 y las 21,20 del lunes.

Y ayer policías de la subcomisaría Cipolletti, la Brigada Norte y la Sección Homicidios buscaban a Maximiliano Terrera, como posible autor del disparo letal. Concretaron al menos 7 allanamientos, sin éxito, dijeron fuentes policiales.

El violento cruce tuvo origen en la placita del barrio Canal Isla, donde unos chicos vinculados a los Terrera apedrearon a los Rubia, según los voceros. A causa de ese episodio, los Rubia llegaron al barrio Los Toneles, pero ayer los investigadores estaban convencidos de que la pelea entre los niños fue una excusa para saldar viejas diferencias.

"Acá no hay nadie de los Rubia", dijeron en la casa de la víctima ayer, con ademán de aléjense, cuando este diario intentó entrevistar a su familia.