En las próximas horas, dos agentes de la seccional 25ta y otro de la subcomisaría Castro (su anterior destino era la Brigada de Investigación Sur), pedirán al juez de Instrucción Guillermo Adárvez que les conceda la eximición de prisión, es decir que les permita declarar como sospechosos si acaso decide indagarlos por un delito sexual, pero que no los deje detenidos, dijeron fuentes judiciales. El asunto que los tiene preocupados no es nada menor: desde mediados de mayo pasado, una mujer llegó al Anivi para denunciar que su hija de 14 años le había mentido al menos en dos ocasiones, al decirle que cuando le pidió permiso para ir a ver amigas, en realidad había ido con otra chica de 15 años a tener encuentros sexuales con policías. Cuando esa menor fue al Anivi, el detalle de las revelaciones resultaron mucho más graves, porque aseguró que esos encuentros habían ocurrido con esos tres policías que ya están identificados y pueden llegar a ser citados a declarar como sospechosos. La otra menor también ratificó que tuvo sexo, pero con uno de los policías.

El informe psicológico de ambas menores será clave para el futuro de la investigación penal, aunque con un condimento especial: el consentimiento de ambas menores, es decir, el hecho de que ambas quisieron mantener esas relaciones sexuales con los policías.

Los uniformados tomaron contacto con las niñas un día que las entrevistaron, junto con un amigo, en la calle. Ellas esperaban un micro para ir al hospital Marcial Quiroga para verificar si la mayor estaba o no embarazada. Cuando abordaron el colectivo, otro efectivo los interceptó y los llevó a una comisaría por violar la cuarentena. Ahí se toparon otra vez con los primeros policías, intercambiaron números telefónicos y allí comenzó una trama que pocos días después terminó en un escándalo.