El momento. Este diario llegó en el instante preciso en que un grupo de policías en un móvil de Canes cargaba a las nenas para confirmar si estaban bien, así las vieron los vecinos del lugar.

Un día de angustia, final feliz. Parece la síntesis del extraño y conmocionante caso de tres hermanitas de Caucete que, por decisión de su madre, fueron a pasar la noche del sábado con un viejo conocido que, ayer a las 20, en medio de una intensa búsqueda policial, las devolvió, dejándolas cerca de su casa para luego fugarse. El hecho tiene para los pesquisas numerosos puntos oscuros que las mismas niñas (una tiene 8 años, sus hermanas mellizas de 6) se encargarán de develar, una vez que las revise el médico y que sean entrevistadas por psicólogos del ANIVI, dijeron fuentes policiales. De los informes de esos profesionales se despejará la mayor duda de los pesquisas: si la mujer pudo facilitar a sus propias hijas para que sean abusadas sexualmente.


Anoche, la madre de las nenas, Marta Pelayes (39) negó de plano tal posibilidad y se mostró totalmente confiada en que ese sujeto al que todos conocen como ‘Chingolo’ (se llama Mario Ortiz) y al que ella trata de ‘sobrino’, no les hizo nada a sus hijas. ‘Cada vez que me las vuelve les pregunto si las tocó o les hizo algo y ellas dicen que no’, precisó.


Pelayes vive en un rancho de cañas con barro de un único ambiente con sus tres hijas, en el cruce de las calles Caseros y Colón, en las afueras de Caucete. Y precisó que las mantiene con una pensión.

Las nenas fueron buscadas por unos 60 policías de varias áreas

Su madre, Marta Pelayes, en el rancho de cañas de un ambiente donde vive con sus hijas desde hace 2 semanas.

Ortiz vive a varios kilómetros y en condiciones paupérrimas en una choza o carpa en la zona de Las Talas, cerca de la planta de reciclaje de basura. Vive de changas.


Pelayes dijo a este diario que lo conoce desde que era niño, que es callado, tranquilo y que desde chiquito le tiene miedo a la Policía. Por eso anoche precisó que no estaba preocupada por sus hijas y estaba convencida de que el ‘Chingolo’ se había escondido por ahí con las niñas hasta tener la oportunidad de devolvérselas.


En la Policía indicaron luego que, al parecer, eso fue así y que el ‘Chingolo’ se ocultó con las niñas hasta que se hizo de día y encaró por fincas y parrales el regreso a la casa de Pelayes, a la que llama ‘Tía’.


La mujer también aseguró que desde hace un tiempo largo ella le confiaba sus niñas a Ortiz durante las noches, prácticamente sábado por medio, y que él se las regresaba al otro día en la mañana o el mediodía, sin ningún problema.


Además dijo que esa rutina se hubiera cumplido normalmente, como hace tiempo, si una vecina suya no hubiera llamado al 911 la noche del sábado, cuando le pareció raro que las nenas fueran cargadas en una camioneta. Según Pelayes, el sábado a las 20 Ortiz buscó a las nenas en la camioneta de un primo para llevárselas.


‘Con lo que pasó ahora no le presto más las nenas, tengo miedo que (autoridades del Estado) me las quiten’, dijo a este diario Pelayes, justo en el momento en que sus niñas caminaban de la mano por calle Caseros, como a 1,5 kilómetros de su casa.

Según vecinos del lugar, el ‘Chingolo’ iba con ellas, pero apenas vio a un móvil policial las dejó y se fugó entre parrales. Anoche buscaban apresarlo para cerrar el círculo.