‘AUTOR’. Para el juez Guillermo Adárvez, Ezequiel Mereles asfixió hasta matar tapándole las vías respiratorias a su pequeña sobrina mientras la violaba.

El juez de Instrucción Guillermo Adárvez consideró probado que Sergio Ezequiel Mereles (25) asfixió hasta matar a su pequeña sobrina Zoe Aballay (tenía 4 años) tapándole las vías respiratorias mientras la violaba, la madrugada del 19 de noviembre pasado en la casa de su madre en el Lote Hogar 59, en Chimbas. Y por eso lo procesó con prisión preventiva, además de ordenar un embargo de $500.000 en sus bienes, dijeron fuentes judiciales.


Homicidio agravado por alevosía y abuso sexual con acceso carnal agravado por ser la víctima menor y por aprovecharse de la situación de convivencia con la nena, fueron los delitos que le imputó el magistrado a ese joven, quien se negó a dar su versión de los hechos desde que cayó preso.


A la madre del sospechoso, Marcela Barrionuevo (45) también la procesó por haber amenazado a su hija y a la vez madre de la nena, con matarla a ella, a su otra hija de 5 años y también a su pareja (está en prisión) si llegaba a decir la verdad: que Ezequiel había violado y quitado la vida a la pequeña.


A la mujer la complicó su otro hijo, Fernando, pues ante el juez dijo haber escuchado a su madre en dos ocasiones que había sido Ezequiel quien ultrajó y terminó con los días de Zoe: durante la madrugada, cuando él llegó al hospital Rawson y le dijeron que su sobrina había muerto. Y también al mediodía, siempre con la consigna de proteger a Ezequiel.

LA ABUELA. Marcela Barrionuevo fue procesada por amenazar de muerte a su hija, madre de la víctima, para que no dijera que Ezequiel había matado a Zoe.


Zoe y su hermanita de 5 años habían quedado al cuidado de su abuela porque aquel día su mamá salió a bailar. En la casa quedaron Barrionuevo, sus nietas y sus hijos Ezequiel, una nena de 14 años y Fernando, que esa noche dormía.


Desde que aquella madrugada Barrionuevo salió a la calle a pedir ayuda con la nena en brazos junto a su hija adolescente, se empeñó en dejar en claro que intentaría proteger a su hijo, como sea. Por eso repitió que el día previo, la nena había comido mucho, que durante la madrugada había vomitado y que su hijo Ezequiel la despertó para pedirle ayuda al ver a la niña en el baño.

El procesamiento al presunto autor del crimen de Zoe lo deja más cerca del juicio.


Pero el examen del cadáver echó por tierra ese intento por hacer parecer que Zoe murió porque estaba enferma. Y los propios dichos de Barrionuevo a sus otros hijos involucrando a Ezequiel como autor de la violación y el crimen, terminaron por contradecirla y por complicarlos a ambos.