Reclamo. Paula (no se brinda la identidad completa por protección de un hermano menor) contó las aberraciones que vivió entre los 9 y 16 años y espera la condena para sus padres y hermano mayor.


Paula estuvo ayer en la puerta de Tribunales mientras continuaba el juicio a sus padres y hermano mayor. Con una remera que llevaba la frase ‘Quiero Justicia’ que ella misma realizó, aceptó dialogar con DIARIO DE CUYO para destacar que “quiero estar tranquila, quiero que se haga justicia porque me cansé de sufrir, de vivir cosas que realmente no tendría que haber vivido. Porque no tuve una infancia y mi adolescencia prácticamente ya también se está por ir y me pregunto qué es lo que disfruté de mi vida, de mi pasado y nada. ¿Jugué con muñecas? No, porque desde los siete trabajé con ellos. Jugaba un ratito porque tenía un hermanito que me invitaba, que hoy tiene 10 años, pero inmediatamente tenía que dejar para trabajar”.


Paula, que el próximo mes cumplirá 19 años, reconoció que “realmente no pensaba que mi mamá aún los apoya porque la verdad es que la quería y la acompañaba siempre, por más que ella hizo todo lo que me había hecho, como darme pastillas (para abortar). La perdoné y le di una segunda oportunidad pero aún así ella prefiere al amor de su vida, como dice”.


Añadió que antes que se embarazara a los 15 años, su madre sabía lo que sucedía: “Además que yo le había contado, ella lo encontró a él (por su padre), cuando tenía 13 años. Él siempre me despertaba manoseándome y esa vez había aprovechado que ella había salido. Pero no la escuchó que había vuelto hasta que estuvo muy cerca y me dio un empujón para que yo me hiciera la dormida. Ella lo vio desnudo y le preguntó qué estaba haciendo. Él le dijo que estaba buscando el short. ‘Ahí lo tenés’, se lo señaló. Y al otro día me preguntó, y si bien yo ya le había contado antes, tenía miedo y se lo negué. Porque pensaba que si ella otra vez no me ayudaba y él se enteraba... hoy pienso que ella no tendría que haber hablado conmigo, sino con él”.


Y del embarazo, Paula resumió que “mi mamá me daba las pastillas, vía vaginal y todos los días desayunaba té con canela. Igual no pasó nada porque no tenía mi periodo y cuando le conté a mi papá, lo que me dijo fue que menos mal que lo había pillado con plata, porque tenía pensado en hacerme un aborto. Pero me hicieron una ecografía y ya tenía el bebé muerto, por lo que me hicieron un legrado”. 


El 26 de enero de 2017, Paula hizo la denuncia. “Conocí a mi novio y él fue una ayuda, un pilar, todo. Siempre me decía que tenía que hacer algo porque no podía vivir así. Yo le decía que me iba a ir de la casa cuando cumpliera los 18, pero él creía que no me iba a poder ir. Hoy lo pienso y él tiene razón, porque tengo los 18 y no hubiese tenido dónde ir. Él me ayudó, me acompañó”.


Paula contó que luego de poder salir de ese ambiente hubo otro período en el que se sentía mal: “Tenía continuamente pesadillas y al menos mi novio me abrazaba y me decía que ya había pasado todo. Me lastimaba y fui a un psicólogo. Me recetó una pelotita y anduve con ella todo el tiempo. De a poco se fue yendo pero eso me hizo la mujer fuerte que me siento hoy”.


Además de su novio, Paula agradeció el apoyo que recibió del colectivo Ni Una Menos y volvió a expresar su deseo: “Quiero justicia, ellos (por los acusados) no merecen estar libres. Así como ellos, hay otros que parecen ser buenas personas y en realidad son tremendos pero uno no se da cuenta”.