Cristian Carpio cuestionó que lo detuvieran. Junto a su madre Norma Carpio (55) y el resto de su familia, pidieron justicia por su tío “Ringo”, el pensionado asesinado a golpes con un ladrillo.


“Nos tuvieron detenidos injustamente, nosotros no matamos a nuestro tío”, lanzó ayer con la voz firme Cristian Rodríguez (34). El joven estuvo preso junto a dos hermanos, Gastón (23) y Emanuel (29), porque los acusaban de estar vinculados al crimen de su tío, Silvio “Ringo” Carpio (47), a quien él mismo halló muerto a las 16 del lunes en la casa en la que el pensionado vivía solo, en el 575 Oeste de Boulevard Sarmiento, en la Villa San Damián, Rawson.


Esa misma tarde los llevaron a declarar a la Central de Policía y los dejaron encerrados, pues los investigadores manejaban la hipótesis de que el móvil del homicidio podía ser la sucesión de la casa donde vivía la víctima. Y además porque Gastón había sido denunciado en abril del año pasado por Carpio, por lesiones y amenazas. Al respecto, Cristian lo defendió: “El problema esa vez fue porque mi tío estaba borracho. Él se juntaba a tomar y nosotros lo tratábamos de cuidar, ese fue el malentendido entre ellos”. Justamente ahora la mira de los investigadores apunta a que posiblemente el pensionado estuvo reunido con dos personas en su vivienda hasta que en un momento se desconocieron y fue atacado. “Siempre iban varias personas a beber a su casa, pero no tenemos idea quién puede ser. Lo que pudimos ver fue que en la casa faltaba el DVD y otras cosas”, dijo Rodríguez, que trabaja como obrero en la Municipalidad de Rawson. Y agregó que aún le cuesta superar lo que vio ese día, cuando entró a la casa porque le extrañó que la puerta estaba entreabierta y el perro en la calle. “Lo llamé varias veces, pero nada. Hasta que fui a la pieza que usaba como despensa y lo vi tirado, muy lastimado. No se le veía la cara, tenía una colcha. Yo pensé que se había descompuesto, pero cuando lo toqué estaba helado. Alumbré con el celular y vi sangre en la pared, en el piso, en todos lados. Fue duro”. Según el examen del forense, Carpio murió por los ladrillazos que le dieron en la cabeza. Además, el cuerpo tenía 26 puntazos. “Queremos encontrar a los culpables, lo mataron como a un perro”, cerró.