Indignada se mostró una hija de la jubilada engañada. "Le llevaron ahorros de los últimos 20 años", dijo la mujer.

Habían pasado unos minutos de la media mañana cuando sonó el teléfono fijo en el departamento de la jubilada de 85 años. "Soy yo mami", escuchó del otro lado. Fue el gancho para situarla en una situación que no era, porque quien hablaba fingía ser su hija. Y la anciana, en principio, pareció dudar: "tenés la voz rara", le hizo saber, pero su interlocutora buscó despistarla en el acto: "es que hace como tres días que ando con problemas en la garganta". La conversación pronto giró hacia donde quería la delincuente, pues luego de pocas palabras le dijo a su supuesta madre que había que depositar en el banco todo el dinero que tenía (12.000 dólares, según la Policía) porque se venía una devaluación grande. Y para hacer más creíble el cuento, hasta la puso al teléfono con un supuesto gerente que, de inmediato, le hizo saber a la mujer que era preciso facilitar los datos para agilizar el papelerío necesario del trámite.

La frutilla del postre para los estafadores, fue decirle a la víctima que debía bajar (vive en un cuarto piso) para entregarle el dinero a un representante del banco. Y la mujer lo hizo, a pesar de las dificultades y los problemas de salud que tiene a su edad.

Eran alrededor de las 10,30 del viernes (el hecho trascendió ayer) cuando la jubilada de apellido López, se quedaba sin sus ahorros de los últimos 20 años, unos 12.000 dólares, cifra que roza el cuarto millón de pesos argentinos (246.600 al cambio oficial de ayer).

"Es indignante que se aprovechen de la gente mayor, mi mamá está lúcida y la verdad que no sé cómo se las arreglaron para engañarla. Lo desagradable también es esa sensación de invasión que queda, la verdad que es muy lamentable lo que pasó", dijo ayer una hija de la víctima (pidió reserva de su identidad) que vive en un edificio de Concepción, Capital. El caso es investigado por policías de Estafas.


 

Dos antecedentes


En el último mes ocurrieron al menos otros dos engaños telefónicos con la modalidad del cambio de dinero, que le significaron un poco más de 350.000 pesos a los delincuentes.

*El 5 de febrero pasado, la víctima fue una anciana de 80 años de apellido Romo que vive en Villa Krause, Rawson. Una mujer la llamó fingiendo ser su nieta (la mujer tiene una nieta médica) y le dijo que debía juntar todo su dinero para cambiarlo en el banco. Minutos después, el marido de la mujer, un anciano de 84 años, le entregó 80.000 pesos a un sujeto que apareció por su casa simulando ser un transportador de caudales.

*El martes 27 de febrero último le tocó a María Adad (83). Una mujer la llamó, le dijo que era su sobrina y le dijo que era necesario juntar todos los dólares para cambiarlos por pesos y que iba a mandar a su casa del barrio Kennedy, Santa Lucía, a un supuesto empleado de Anses. La mujer cayó en la trampa y entregó 13.400 dólares (unos 275.000 pesos al cambio de ayer) que su padre le había dejado de una herencia.