LOS HERMANOS Nahuel (izquierda) y Jonathan fueron considerados culpables. Al último le dieron perpetua. Atrás, la abuela y la madrina del bebé asesinado, se mostraron conformes con el fallo.

‘Es una injusticia esto, me condenaron por ser un delincuente drogado... yo nada que ver con esto’. Jonathan Flores (28) pareció molesto al salir de la Sala II de la Cámara Penal, luego de escuchar que los jueces Juan Carlos Peluc Noguera, José Atenágoras Vega y Ernesto Kerman lo habían condenado a prisión perpetua, por considerarlo coautor de uno de los hechos criminales más aberrantes de la provincia en los últimos tiempos: el homicidio del bebé Yutiel Castro (1 año y 7 meses) brutalmente golpeado y finalmente asesinado de una trompada que le destrozó el hígado y lo desangró hasta morir la madrugada del 8 de mayo de 2014.


El tribunal entendió probado, igual que la fiscal Leticia Ferrón de Rago, que ese crimen debía agravarse por la alevosía (por la indefensión de la víctima) y que lo cometieron Jonathan y su hermano Nahuel Flores (19).


Sin embargo a este último lo declararon responsable porque era menor al momento del hecho. Y ahora será el juez de Menores Jorge Toro, quien resolverá si hay que condenarlo como un mayor. Si debe aplicar una pena atenuada por ser menor: la que cabe para el mismo delito pero en grado de tentativa. O directamente absolverlo.


Para la fiscal, Nahuel fue el autor material del crimen ante la complicidad omisiva de su hermano, porque aquella madrugada el niño estaba enfermo, no paraba de llorar y Nahuel ‘lo aniquiló’ de una piña para acallar su llanto.


El bebé era hijo de Joana Castro, una joven de 22 años, adicta a las drogas y prostituta. La noche previa al crimen había salido a justamente prostituirse, dejándoles el niño -según fiscalía- a los hermanos, que por entonces usurpaban una panadería abandonada en Villa del Carril, Capital. Allí, en un lugar sucio, sin luz, ni agua, el mayor de los Flores le había dado alojamiento a Joana que en principio estuvo presa por el crimen y luego salió, pero quedó procesada por lesionar a su hijo, pues una pericia demostró que las mordeduras en el cuerpo del bebé eran de su propia madre. Ya libre, la joven volvió a quedar embarazada y seis meses después del crimen, murió en un accidente de tránsito en Rawson.


El fallo dejó conforme a la Fiscalía y los parientes del niño, pero no a la defensa. Gustavo de la Fuente anticipó que pedirá ante la Corte revisar el fallo, pues considera que no existió la alevosía y que su cliente fue ajeno al delito. Marcelo Salinas, defensor oficial de Nahuel, también evalúa canalizar el mismo reclamo.