La viuda del mítico líder político y fundador del bloquismo, Leopoldo Bravo, fue víctima ayer en la mañana de un ladrón armado que simuló ser un cartero para entrar junto a un cómplice a la casa de la histórica familia en pleno microcentro capitalino. Los asaltantes redujeron a su empleada, fueron hasta donde descansaba Ivelise Falcioni y se llevaron un jugoso botín: 1.000 dólares (unos 3.790 pesos), 7.000 pesos y valiosas joyas. Huyeron dejando a ambas mujeres encerradas en un baño.

Según contó la viuda de Bravo a la hora del ataque en la casa sólo estaba ella con su empleada. Eran las 9 de la mañana cuando tocaron el timbre de la casa ubicada en calle Mitre, entre Alem y Catamarca, Capital. Andrea Carrera (67 años, empleada en la casa hace 3 años), fue a hasta la puerta para ver quien era porque esperaban a un gasista. Se asomó por la ventana y vio a un hombre vestido de camisa y corbata; con una gorra y una caja del "Correo Argentino" diciendo que traía una encomienda. Nunca dudó y abrió la puerta. En ese momento el delincuente aprovechó y le metió un empujón. Luego sacó un arma para entrar con un cómplice.

Una vez adentro, le preguntaron a Carrera si había alguien más en la casa y les dijo que la dueña dormía arriba. Los tres subieron y sorprendieron descansando a la viuda de Bravo en su cama. El "cartero" le apuntó y exigió la plata mientras el otro ladrón vigilaba a la otra mujer. En esos momentos, uno de ellos cortó el cable de un teléfono y le quitó el celular a la viuda para que no pudieran alertar a nadie, contaron.

"Yo le dije que en el alhajero al costado de mi cama, tenía plata y en ese momento vio una foto de mi esposo y me dijo: «yo también soy bloquista», y sacó 7.000 pesos que eran de mi jubilación y unos 1.000 dólares que habían", indicó Falcioni. Luego, el mismo asaltante vio que ella tenía una pulsera con una estrella en su muñeca y se la arrancó de un tirón. Era un regalo a Don Leopoldo de su padre cuando tenía 17 años.

No conformes, le exigieron más dinero y la mujer le dijo que en una caja de seguridad de su placard tenía algunas joyas. De inmediato, buscaron esa caja y la abrieron. Adentro había un costoso collar que le trajo del exterior su fallecido esposo y una pulsera de oro trabajado con brillantes, regalo de su madre. Además, sacaron algunas otras alhajas de menor valor, aseguró.

Con botín en mano, llevaron a las mujeres hasta el baño, las encerraron y trabaron la puerta con una silla. Media hora después que entraron, se despidieron y se fueron caminando, contaron ayer las mujeres.

"Desde que vivimos aquí, es la primera vez en 50 años que nos roban. Menos mal que no se llevaron otras cosas que son de mucho más valor afectivo. Ojalá ya no me pase otra cosa mala porque ya he tenido muchos golpes en mi vida", indicó ayer Ivelise Falcioni.