Al menos 10 kg de drogas (cocaína y marihuana) y unos 20.000 pesos. Esos números provisorios alcanza por ahora el robo de alucinógenos y dinero del narcotráfico que estaban secuestrados en dos depósitos de la Secretaría Penal Nº 5 a cargo de Paula Carena de Yannello, dependiente del Juzgado federal dirigido por el magistrado Leopoldo Rago Gallo (de licencia), informaron ayer fuentes judiciales.

Por ese escandaloso caso, el principal sospechoso es uno de los 8 empleados de esa secretaría, Ramón Rogelio Videla Hadad, detenido por efectivos de la Policía Federal el sábado, igual que su presunto nexo, Pedro Guiñés, el hombre señalado como el supuesto vendedor de la droga robada.

Videla Hadad tiene 11 años de antigüedad en su cargo (no es abogado ni prosecretario como se informó), es secretario general de los empleados judiciales federales en San Juan y también miembro activo del justicialismo en Rawson, precisaron las fuentes.

Y quedó en la mira por su ‘nerviosismo’ el último martes, cuando se descubrió la sustracción en la misma secretaría. Ese día, se hacía un chequeo de la droga y otros elementos incautados en una investigación que iba a ser clausurada para ser elevada a juicio.

En ese trámite una empleada nueva preguntó si un ‘ladrillo’ descripto en un acta era el envoltorio con marihuana que tenía en sus manos. Le aclararon que no y ese martes se pusieron todos, con la secretaria al mando, de cabeza a buscarlo.

Pero no encontraron el ‘ladrillo’ y entonces se encendió la alarma. Según las fuentes, la misma secretaria encabezó entonces un chequeo de las causas más importantes contra narcotráfico el miércoles (en total fueron 6) y con ‘amarga y shockeante sorpresa’ descubrió distintos faltantes de drogas (se piensa que sobre todo es cocaína) y dinero.

Con esos datos la secretaria Paula Carena de Yannello llegó a Gendarmería a denunciar el jueves. Y en esa misma jornada el juez subrogante Miguel Gálvez ordenó un cambio provisorio en la custodia del edificio de Mitre y Entre Ríos: desplazó a la Policía Federal y puso a Gendarmería.

De todos modos fue la misma Policía Federal la que permitió el ‘esclarecimiento’ del caso cuando conoció algunas circunstancias del hecho y centró sus sospechas en Videla Hadad y en Guiñés.

Las sospechas sobre Videla -dijeron las fuentes- surgieron porque sólo el personal afectado a la secretaría pudo tener acceso a las llaves del depósito ubicado en el subsuelo y de al menos una caja fuerte asignada a la secretaría 5, donde se custodiaban las drogas y el dinero secuestrado.

Se sospecha que ese acceso a las llaves fue obra de Videla Hadad, ya que desde la secretaría se ordenaba que dos personas accedieran a esos lugares cuando debía manejarse la droga y la plata incautados, precisaron las fuentes.