El modus operandi resultó calcado al primer robo ocurrido en abril pasado: destruyeron el tubo fluorescente bajo el techo de chapa en el frente para poder actuar en la oscuridad, a pesar de estar a metros de una de las más transitadas arterias de San Juan, la Ignacio de la Roza, y a metros de un punto renombrado: la "Esquina Colorada", en Rivadavia. Reventaron luego los dos candados que sujetaban la puerta persiana, la levantaron a media altura. Y una vez adentro se dedicaron a buscar carne, no cualquiera, sí los cortes más costosos, principalmente para asado que cargaron en las mismas bolsas que el comercio tiene para sus clientes. También, como la otra vez, abrieron la caja registradora y se llevaron lo que había. En total, el encargado de ese local estimó que en mercadería, ahora los delincuentes se llevaron unos $40.000 y de la caja de recaudación otros $3.000.

Los dueños del local mejorarán la seguridad y pondrán alarmas para frenar los saqueos

"La otra vez se llevaron unos 40 o 50 kilos de carne y unos $15.000 o $20.000 que había en la caja. Eran tres que se pasearon a pie y quedaron filmados por una cámara de acá cerca y la misma noche la Policía agarró a uno que tenía salidas transitorias. El otro era un vecino que salió a los pocos días, la verdad que no sé cómo funciona esto pero deberían quedar presos", dijo ayer Roberto Mallea, encargado del trozadero atacado, llamado "Bendito", ubicado en Ignacio de la Roza y Centenario, una cuadra al Oeste de la famosa "Esquina Colorada", en Rivadavia.

Mallea está convencido de que los delincuentes fueron los mismos, por el modo de repetir la maniobra, a sabiendas de que en esa carnicería que funciona hace tres años en esa esquina, no tiene alarmas.

"La otra vez a la dueña le quedaron ganas de cerrar como ahora, pero ha decidido que no lo hará a pesar de las deudas y los problemas que genera que se lleven casi toda la mercadería. Ha decidido que mejorará la seguridad en la puerta por la que ingresan, la que da a Ignacio de Roza, y también pondrán alarmas para poder seguir, porque la mano está más que complicada", precisó Mallea.