El jefe de gabinete del gobierno nacional, Aníbal Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, salieron ayer a cuestionar y reclamar una investigación por la falta de respuestas que del Banco Provincia le dieron a las alarmas que sonaron durante el fin de semana en la sucursal Belgrano, cuando se concretaba el robo, por un túnel de unos 30 metros, de 143 cajas de seguridad por un monto de al menos 6 millones de dólares. Las críticas de los funcionarios parecieron un cuestionamiento directo a las medidas de seguridad de la entidad bancaria y, por elevación, al gobernador Daniel Scioli. El encargado de recoger el guante fue Guillermo Francos, presidente del BAPRO: "efectivamente sonaron las alarmas, de distintos tipos, la policía concurrió al lugar y lamentablemente no se pudo detectar" a los ladrones. "Una lástima. Tendremos que detectar en qué parte del procedimiento se cometieron errores. En esta zona las alarmas antisísmicas suenan mucho porque los subtes generan ese movimiento", dijo.

Los pesquisas creen que la banda estuvo conformada por no menos de 10 personas que cumplieron distintos roles, que los asaltantes que ingresaron al tesoro fueron tres y actuaron con pasamontañas. Eso revelaron las cámaras en zona de cajas de seguridad. De todos modos no se explicaban por qué los ladrones esperaron hasta último momento, el lunes antes de las 7, para llevarse el dinero y las joyas, teniendo en cuenta que el viernes 31 de diciembre ya estaban dentro del tesoro y quedaron filmados por las cámaras de seguridad.

El golpe fue una obra de ingeniería, porque dos miembros de la banda usaron nombres falsos y alquilaron un local a 30 metros del banco en julio pasado, y desde entonces pagaron 13.000 pesos por mes. En ese tiempo, realizaron un túnel de 1 metro cuadrado al que alfombraron y le pusieron luz y ventilación.