Dice que recuerda poco, que le hizo muy mal ver los videos y que sigue con dolores fuertes en todo el cuerpo. Pero admite que pudo ser mucho peor, para ella y para su amigo, por lo que agradece a Dios que están vivos. Ese es el balance que hace Tania Zalazar (20), sobreviviente de la tragedia del pasado sábado en la Avenida Circunvalación. Ella y su amigo Emiliano Castro (21) la pueden contar, no así Pablo Burgo de Vita (32), conductor que transitó en contramano hasta causar el choque frontal, que no tuvo la misma suerte y murió prácticamente en el acto.

Ya un poco más tranquila y en diálogo exclusivo con DIARIO DE CUYO, Zalazar rompió el silencio este jueves. Es la primera vez que habla abiertamente del hecho, por lo que por momentos se quiebra. “Agradezco mucho que estoy viva, principalmente a Dios”, sostiene la chica desde su casa en Caucete, donde permanece casi todo el tiempo en reposo. Cuenta que ayer miércoles la tuvieron que llevar de urgencia al hospital porque “no aguantaba los dolores”, que allí le recetaron nuevos calmantes y que ahora se siente mucho mejor. Lo que más la aqueja son los golpes que sufrió en el rostro, que le causaron fractura de tabique. Además tiene un esguince en el pie derecho y dolores generalizados. “Los primeros tres días estuve en cama, no podía caminar porque tenía mucho dolor en la espalda y el resto del cuerpo, la verdad no aguantaba. Ya ahora estoy algo mejor, en las tardes salgo afuera de casa a tomar aire. Mis vecinos y mis amigas me vienen a ver porque nadie puede creer que estoy viva... fue un milagro, hasta los médicos nos dijeron eso porque el accidente fue terrible”, expresa, con un nudo en la garganta.

Tanto ella como su amigo recibieron el alta en el Hospital Rawson ese mismo sábado, en horas de la noche. Es decir, permanecieron internados solamente algunas horas. Increíble, si se tiene en cuenta lo violento que fue el impacto, algo que quedó evidenciado en los vehículos, ambos destruidos tras el choque, ocurrido a las 6.16 de ese día en el anillo interno de la Circunvalación. “Lo único que me acuerdo es que cuando yo giré la cabeza, al auto ya lo teníamos encima. Recuerdo que luego un hombre venía corriendo y que un policía me pegaba en la cara y me hablaba porque yo estaba inconsciente, ya me desmayaba”, dice la chica, que cursa la carrera de Educación Física en la Católica. Su memoria tiene varios blancos que no puede llenar. “No me acuerdo de casi nada, quiero tratar de recordar pero no puedo. No sé en qué momento llegó la ambulancia, no sé por dónde entré al hospital. Solamente recuerdo cuando ya estaba en la camilla con suero”.

Tania cuenta que ese momento en el que despertó fue terrible: “Apenas abrí los ojos sentí mucha angustia y tristeza. Por momentos pensé que estaba sola, no sabía que mi familia estaba afuera. Le agarraba la mano a mi amigo (Emiliano), pensé que estábamos solos, yo con él y él conmigo”. Hasta ese momento los chicos desconocían que habían sido parte de un siniestro con una víctima fatal: “Sabíamos que habíamos tenido un accidente pero no cómo habia sido, tratábamos de recordar pero no podíamos”. Al rato se enteraron del fallecido. “Escuchamos rumores en el hospital y después vino la Policía a hacernos preguntas. Ahí lo supimos. Lo tomamos muy mal porque no entendíamos nada, no recordábamos nada. Después nos dijeron que nos quedáramos tranquilos porque la culpa no había sido nuestra”.

"Le doy las gracias a las personas que rezaron por nosotros y el pésame a la familia del fallecido"

“No se entiende por qué tuvo esa acción de meterse en contramano. Que en paz descanse, pero no entiendo por qué tomó esa decisión. Si no éramos nosotros iba a ser cualquier otra persona, pero bueno, lamentablemente nos tocó a nosotros”, opinó luego, muy apesadumbrada, de lo que hizo Burgo de Vita.

Además de poner énfasis en la “ayuda de Dios”, la joven dice que debe agradecerle a un muchacho que la auxilió cuando estaba atrapada adentro del auto, que comenzaba a incendiarse: “Se me había trabado el cinturón y mi amigo no podía abrir su puerta. Esa persona nos sacó. A mí me sacó por abajo del cinturón, tengo cortes y raspones en el cuello. Si no hubiese aparecido esa persona no la estaría acá contando. Para mí fue un ángel”.

Lo que sigue para Tania es tratar de ponerse bien tanto física como psicológicamente. Este último punto es difícil, tanto que ya sufre las primeras consecuencias. “Cuando vi los videos no caía, he llorado mucho porque no lo podía creer. Ver el fuego, ver las fotos de cómo quedaron los dos autos fue impactante. Incluso ayer fui al centro y cuando iba en el auto le agarraba fuerte la mano a mi mamá porque me quedó mucho miedo”, cerró, esperanzada en que podrá superar toda esta pesadilla.

EL CHOQUE

La desgracia fue a las 6.16 del sábado, en Capital, en el anillo interno de la Circunvalación, unos 50 metros al Este de calle Tucumán. De acuerdo a los registros de las cámaras de seguridad, Pablo Burgo de Vita ingresó con su Volkswagen Gol a la Circunvalación por la subida de Scalabrini Ortiz. Su andar fue correcto, de hecho hizo un largo trecho hasta salir del anillo por la bajada hacia Tucumán. Lo que no se explican los pesquisas es por qué luego de atravesar esa calle volvió a subir hacia la Circunvalación y mucho menos por qué en vez de seguir en el mismo sentido hizo un giro de 45 grados hacia la izquierda, entrando a la avenida en contramano, en dirección al Oeste.

Burgo hizo aproximadamente 200 metros en dirección contraria hasta que su sentido equivocado tuvo una trágica consecuencia. Fue cuando se encontró de frente con un Fiat Idea que guiaba Emiliano Castro (21), que iba acompañado de Tania Zalazar (20), ambos con domicilio en Caucete. El impacto fue frontal, violento y fatal para el conductor del Gol, cuyo cuerpo quedó aprisionado en el vehículo, sin ninguna chance. En su auto encontraron bebidas alcohólicas y marihuana.