Acababa de ingresar a su trabajo cuando en su celular el servicio de la alarma le notificó que algo no estaba bien en su casa. Como pudo, y a mil, pidió permiso en el restaurante en el que trabaja y partió de regreso. Cuando llegó, la escena que le salió al encuentro la destruyó: adentro estaba todo revuelto y pronto constató lo que más temía, pues los delincuentes se habían robado su moto Yamaha 110 cc, varios aparatos y sus ahorros, unos $50.000 con los que pensaba realizar algunas ampliaciones en su casa.

Una mirada más detenida en ese desgarrador escenario, la llevó a detallar que también faltaban su televisor de 32 pulgadas con control remoto, un costoso parlante, una jarra eléctrica, un órgano musical, un secador de pelo, tres pares de sus mejores zapatillas, ropas varias, una caja de herramientas y hasta una mochila con sus perfumes.

El hecho trascendió ayer pero ocurrió a las 16,35 del viernes (a esa hora ocurrió la notificación del servicio de la alarma) en una casa de la manzana G del barrio Conjunto 9, en Chimbas. Allí vive Judit Robledo (26) con su familia, pero a la hora del ataque nadie estaba en la vivienda.

"Seguro que sabían que no había nadie en la casa, pero lo que más me llama la atención es que ningún vecino viera nada. Acá entraron a plena luz del día y se fueron con mi moto, un televisor y varias cosas más... no me cierra que los delincuentes se fueran como si nada", dijo ayer la joven, indignada.

Todo indica que los delincuentes emplearon una barreta de hierro para palanquear una puerta del fondo y luego otra lateral, para poder huir con las cosas.

"Uno se pela para conseguir cada peso, para intentar progresar y resulta que al final uno termina trabajando para los delincuentes", precisó la joven, muy molesta.