"Seis años no son nada, mi calvario fue mucho más largo y eso duele", dijo ayer R.T (26) luego de conocer la condena que le aplicó el juez Juan Gabriel Meglioli a su expareja, un agente de Policía al que acusó de violarla en marzo del año pasado.

J.C.O (no identificado para preservar a la víctima) trabajaba en el CISEM. Será exonerado cuando el fallo quede firme, explicaron fuentes judiciales. Ayer, cuando le dieron la posibilidad de decir unas últimas palabras, expresó que "éramos felices los cuatro", en referencia a su ex y a sus dos hijas, de 7 y 3 años. "Fue muy duro que dijera eso porque nosotros podríamos haber sido cinco pero en 2019 me hizo perder un embarazo de 12 semanas", afirmó la mujer. Y agregó que fue porque le dio una golpiza que coronó arrojándola sobre una garrafa.

La pareja se casó en 2014 y se separó meses después de ese episodio en el que perdió el embarazo, explicó. Pese a la ruptura "me seguía controlando y me celaba". "Me fui a vivir a otro lado para empezar una nueva vida con mis hijas pero así y todo no paraba. Quería volver, se ponía violento, me decía "claro no volvés porque tenés un macho". Llegaba a la madrugada a mi casa a revisar si estaba con alguien, me recriminaba si me vestía, si me cambiaba, si me cortaba el pelo, todo, por más que estábamos separados", relató.

R.T lo denunció en marzo de este año en el Cavig. "Estoy en un proceso de sanación. Estoy medicada. No sabía lo que era dormir, me quedaba levantada toda la noche, asustada. Hoy voy a poder dormir tranquila", cerró.