Una policía sanjuanina que trabajaba en la Comisaría Tercera de Trelew, Chubut, como cabo primero, y su novio, fueron hallados sin vida en el departamento 5 del barrio Inducon, en la esquina de A.P. Bell y Gregorio Mayo. 


Las primeras impresiones de los investigadores indicaron que la mujer habría sido baleada por el hombre, que luego se habría quitado la vida. Rey era remisero de la agencia “Gimega”, de Trelew. Según Radio 3, Cinthia Guevara Orellano tenía certificado médico porque había perdido un embarazo hace poco.



En el lugar del hecho, el ministro de Gobierno, Federico Massoni, fue cauteloso: “No podemos decir qué ocurrió exactamente, sí puedo confirmar que se trata de dos muertes violentas”, señaló el funcionario. Según Massoni, la joven policía no había dado señales a sus amigos de la fuerza ni respondido mensajes ni llamados telefónicos durante el domingo, por lo que este lunes uno de ellos, que le pidió llave al hijo de la mujer, ingresó y se encontró con ambos cuerpos. “Fueron muertes violentas con presencia de mucha sangre”, describió Massoni.


Hasta el momento, la reconstrucción de los hechos señala que la pareja salió alrededor de la medianoche del viernes a un boliche del radio céntrico. No había signos de nada raro. Ya la mañana del sábado, entre las 8 y las 8.30, el vecino mencionado, del piso de abajo del departamento que la pareja compartía, escuchó discusiones y estampidos extraños.



Un amigo de la pareja que también pertenece a la fuerza policial notó que durante todo el sábado, luego de su paso por el boliche, no mantuvieron nuevos contactos. Entrado el domingo tampoco. Esto acrecentó su inquietud. Fue a la casa de un hijo de la víctima, quien le dio una copia de la llave del departamento. Allí pudo entrar al complejo habitacional donde se topó con el sangriento escenario. De inmediato avisó a sus colegas policías.


En cuanto a la escena del crimen, los investigadores se encontraron con un enorme manto de sangre que cubría casi todo el suelo. El fiscal Fabián Moyano, tras instruir medidas en el sitio, refirió que los cuerpos fueron encontrados en una habitación pequeña. El remisero tenía un disparo en la frente y su arma quedó debajo de su cuerpo.



Indicó que el hombre tenía una lesión de arma calibre 11.25, que le atravesó la cabeza. No descartan que sea un arma reglamentaria. “Encontramos un orificio de entrada y otro de salida”, señaló el fiscal. Tanto esa arma como la segunda que apareció en la escena del crimen tenían su debida numeración. “Estamos buscando en los registros de datos sobre las armas”, indicó.



Estuvo hasta caída la tarde de la víspera en la Morgue Judicial donde examinaban los cuerpos. “En las próximas horas vamos a tener un mejor panorama de lo que pasó. Dependemos de las pericias en curso”. Explicó que buscarán vincular la posición de tiro desde la boca del cañón de la primera arma secuestrada con la lesión mortal que sufrió la mujer policía.

Fuente: Diario Jornada