Eliana Maldonado (18) terminaba de enviarle un mensaje a su madre diciéndole que se demoraba porque todos los remises iban llenos y no conseguía uno para volver a Rawson con su mejor amiga Aylén, cuando ambas vieron a dos autos, uno rojo y otro blanco, a toda velocidad rumbo a ellas. Lo que siguió, alrededor de las 5.15 de ayer en avenida Libertador, al Oeste de Las Heras, Capital, se grabó en Eliana como la imagen de una película de terror. Porque en plena curva de lo que para todos era una "picada", ninguno de los autos frenó -dijo Eliana- hasta que uno de ellos empezó como a saltar, se montó en la vereda del edificio legislativo y se les vino encima arrancando arbustos, carteles y pilastras con banderas. Eliana y Aylén se tomaron de las manos para salvarse corriendo hacia el único lugar posible, por el pasto hacia la pared. Pero entonces un tirón de manos separó a las amigas y sólo Eliana siguió de largo. Aylén, embocó justo la rampa para discapacitados y corrió entre las barandas, pero ahí fue literalmente levantada como un papel por el auto que luego se arrastró de costado. Cuando Eliana giró para ver, se topó con su amiga boca abajo en el piso y sufrió una angustiante crisis de nervios, a pesar de que la escuchaba hablar y darle sus datos a la policía.

Aylén Martínez (18 años, la mayor de 4 hermanos) estaba golpeada, quebrada en su tobillo derecho y en su fémur izquierdo, pero a salvo, milagrosamente, a salvo.

Minutos después, cuando se dispersó el revuelo de gente (ambulantes, curiosos, los que intentaban volver tras la primera noche de la Fiesta del Sol), el auto blanco había desaparecido y la escena del accidente impresionaba por el desastre, con daños que en un tramo de unos 50 metros podían cuantificarse: tres ligustros, un cesto metálico de basura, un cartel de no estacionar (salvo discapacitados), seis pilastras de metal con banderas y un tramo de unos ocho metros de caño de baranda de la rampa para discapacitados, habían sido arrancados de cuajo por el auto rojo, un Chevrolet Astra con cinco jóvenes a bordo.

El escenario se completaba con restos del auto esparcidos, una botella de cerveza en el césped de ingreso al edificio y las dos zapatillas de Aylén, despedidas igual que su dueña tras el violento impacto, que pudo ser peor porque minutos antes la vereda estaba repleta de gente, dijeron los vendedores ambulantes del lugar.

Ayer, los policías de la seccional 4ta. al mando del comisario Rubén Aguilera y el subcomisario Enrique Moreira, buscaban pruebas para confirmar o no la versión de la picada, negada por el conductor del Chevrolet, Adrián Morvillo (37) detenido tras el accidente.

Según la policía, Morvillo dijo que se topó con tres chicas en un boliche; que las cargó con su amigo con intenciones de ir a comer algo; que pasaron por la estación de servicio de Urquiza y Libertador. Y que cuando esperaba el semáforo escuchó al Fiat Uno blanco acelerar como invitándolo a correr, algo que no hizo hasta que el Fiat se le puso al lado, encerrándolo en la curva frente al monumento a San Martín y obligándolo a tirarse hacia su mano derecha.

Por ahora, Morvillo está acusado de provocar sin querer, lesiones graves a la jovencita a causa de su presunta imprudencia.