Martín Enzo Echegaray (38) y Lisandro Carrera Maza (7) no se conocieron, pero ayer quedaron unidos por una fatal coincidencia: ambos perdieron la vida por descargas eléctricas. Echegaray era electricista y murió trabajando: ayer por la mañana, quedó colgado a unos 7 metros, en una torre en la que pretendía realizar una conexión, en Pocito. Por la tarde, Lisandro jugaba con otros chicos y quiso buscar una pelota sobre una cochera en su barrio, en Rawson, y de allí no pudieron rescatarlo con vida.

Murió colgado a 7 metros; quería hacer una conexión

Martín Enzo Echegaray (arriba, derecha) no sobrevivió a la descarga eléctrica que recibió a unos 7 metros de altura. Investigan qué fue lo que falló.


Martín Enzo Echegaray tenía 38 años, esposa, cuatro hijos de 16, 14, 11 y 10 años. Para ellos trabajaba de sol a sol casi todos los días en una empresa de electricidad, su especialidad. Ayer, temprano, partió de su casa en el Lote Hogar 42 hacia una jornada más, sin saber que sería la última. Sobre las 9, trepó por una escalera en una de las dos torres de electricidad de los laboratorios de la firma "Raffo Monteverde" ubicado sobre el Lateral Este de Ruta 40, entre las calles 7 y 8, en Pocito. Y allí arriba quedó, a unos 7 metros, fulminado por un descarga eléctrica.

"No pudimos hablar con ninguno de la empresa para la que trabajaba S.L.A, tampoco nos dieron ninguna explicación de lo que pasó. Todo esto es muy triste y muy doloroso, ya veremos qué hacer cuando sepamos bien lo que ocurrió", dijo ayer Lorena Ángel, la esposa de Martín, con los ojos enrojecidos de tanto llorar.

En la Policía, por orden de la jueza en lo Correccional Mónica Lucero, recababan ayer evidencias para determinar las circunstancias precisas del trágico accidente. Echegaray y otro operario eran empleados de una subcontratista de "Raffo Monteverde". Habían trabajado en una línea subterránea y Echegaray pretendía realizar la conexión en una de las torres cuando se electrocutó, informó la Policía.

Un techo electrificado acabó con la vida de un niño

Destruidos estaban ayer los familiares del pequeño Lisandro Carrera Maza (7). ‘Me dijeron que
había un cable con corriente en ese techo’, dijo su madre (al centro).


El próximo 10 de diciembre, Lisandro iba a cumplir 8 años. Era el penúltimo de cuatro hermanos y cariñosamente le decían "Mecha", porque cuando nació tenía el pelo largo. Ayer en la siesta, mientras jugaba con algunos de sus hermanos y otros vecinos en el barrio República del Líbano, en Rawson, se subió a buscar una pelota en el techo de una de las cocheras que construyen los vecinos para guardar sus autos y una fulminante descarga acabó con sus días. Los policías de una unidad operativa de ese populoso complejo se las ingeniaron para poder rescatarlo del techo de chapa y llevarlo a mil en un patrullero hasta el Hospital Marcial Quiroga, donde les dijeron que nada se podía hacer.

Ocurrió alrededor de las 15,30 de ayer en el sector 3 de ese barrio. Lisandro vivía con sus padres y sus hermanos de 12, 10 y 2 años en un departamento del segundo piso del monoblock 11, que les prestan desde hace cuatro años. Fue uno de sus hermanos quien corrió a avisarle a su mamá, Cinthia Maza, que ayer estaba destruida igual que el resto de su familia por la terrible pérdida.

Lisandro Carrera Maza iba a cumplir 8 años el próximo 10 de diciembre.

 

"Mi hijo me dijo que habían estado chayando o jugando con agua cuando se les cayó una pelota en el techo de una de las cocheras y quedó ahí arriba, porque había un cable con corriente", dijo la joven madre ayer, quebrada. Investigan si la electrificación de ese techo fue un hecho accidental o colocada a propósito.