Cuando le pusieron sobre la mesa las evidencias que pesaban en su contra, el sargento de Policía resolvió que lo mejor era admitir que había cometido aberrantes delitos sexuales contra su propio hijo. Y tal como anticipó este diario, decidió llegar a un acuerdo de juicio abreviado en lugar de enfrentar un juicio común por su reprochable conducta. Ayer, ante el juez Víctor Hugo Muñoz Carpino, ratificó su intención de cumplir un castigo de 9 años y 8 meses por al menos cuatro casos de relaciones sexuales con el chico cuando tenía 15 años, dijeron fuentes judiciales.

Ahora, el magistrado debe resolver si acepta o no ese pacto entre la fiscal Marcela Torres y el imputado con sus defensores Gustavo de la Fuente y Juan Manuel Vargas, por los delitos de abuso sexual con acceso carnal, agravado por el vínculo. Para esos ilícitos las penas oscilan entre 8 y 20 años de cárcel.

El sargento de Policía (su identidad se reserva para proteger al menor) había sido detenido el 4 de julio de 2019. Fue después de que la madre del chico (por entones de 17 años) denunciara en el ANIVI lo que el adolescente le había contado, luego de una charla que la misma madre había provocado al notar que su hijo no estaba bien de ánimo, indicaron los voceros.

En el ANIVI, ante una psicóloga, el chico detalló cómo habían sido esos encuentros a los que su papá lo obligó con la excusa inicial de enseñarle cómo tenía que hacerlo cuando estuviera con una chica.

Los indicadores detectados por esa profesional en el relato y la información gestual aportada por el menor durante la entrevista, la llevaron a concluir que no mentía y que efectivamente había atravesado aberrantes situaciones de abuso a manos de su propio padre.

Esas evidencias fueron contundentes para procesar al policía y mantenerlo en prisión, situación que se prolongaría si ahora el magistrado acepta el proceso abreviado. Si lo hace, no podrá aplicar una pena mayor.