Para los jueces Federico Rodríguez, Gema Guerrero y Andrés Abelín no quedaron dudas: un sereno de 53 años violó "reiteradamente" durante 2 años a una jovencita amiga de su hija, cuando llegaba a su casa de Albardón para jugar con esa niña. El tribunal también consideró acreditado que para poder someter a esa chica sin que lo delatara se valió de un arma de fuego ("como la de los policías"). Y entendió, tal como lo informaron los psicólogos, que esas violentas situaciones provocaron un grave daño en la salud mental en la víctima. Por todas esas razones lo condenaron ayer a 16 años de cárcel.

Por el mismo delito y sus agravantes, la fiscal de la UFI Anivi Ingrid Schott y el ayudante Fiscal Rodrigo Videla habían pedido 18 años prisión para ese hombre de apellido Lemos.

La niña lo reveló en la comunidad terapéutica en la que trata sus problemas de adicción.

Su defensor, Gustavo Sánchez, había solicitado la absolución de su cliente porque entendió que había un contexto que el tribunal no podía ignorar: la violación que sufrió una hija discapacitada de su cliente (amiga de la denunciante) a manos de un sujeto identificado como "Chato" Aballay.

Según esa teoría, aportada por el mismo acusado, ese sujeto es amigo íntimo de la jovencita que denunció a su defendido y se prestó para cometer esa suerte de venganza del "Chato" Aballay, que está preso en el Penal de Chimbas.

El defensor cuestionó los argumentos fiscales, entre otras razones, porque no se secuestró arma alguna y porque consideró que semejantes atropellos sexuales no pudieron ser cometidos en una casa muy pequeña donde siempre había otras personas.

La jovencita, hoy de 16 años, había revelado que fue violada por el padre de su amiga en abril pasado. Fue en la comunidad terapéutica a la que asistía para tratarse de su adicción a las drogas. Tras la denuncia, el sereno fue detenido el 30 de abril. En su declaración, la niña dijo que comenzó a ser abusada desde que tenía 14 años en una habitación de la casa del sospechoso, que la amenazaba con un arma fuego. El fallo no está firme.