El mecánico Marcelo Herrera (36) dormía cuando lo despertó el calor y el resplandor de las llamas de una pared de su casa. Corrió a buscar un matafuego y a poner a salvo a su padre, que vive en una casa al lado. Cuando volvió, ya la mitad de la vivienda había sido consumida por las llamas, que en minutos avanzaron y terminaron de quemar todo. Que fuera una construcción de madera fue clave en el resultado dañino de ese siniestro que, al parecer, se originó por el contacto de la cucha del perro con la estufa, explicó ayer Juan Herrera, hermano del dueño de casa.

"Él está destruido con todo esto y realmente es una desgracia, porque es un buen tipo, laburante, y tiene eso de que le pasan estas cosas así, hace un tiempo le robaron la moto y terminó muy lastimado. Pero bueno... hay que seguir, nosotros lo bancamos, como su patrón en el taller donde trabaja, vamos a ayudarle para que remonte", dijo Juan.

Todo pasó sobre las 4 de ayer en la casa que Marcelo Herrera construyó al lado de la de su papá en Centenario al 848 Este, frente a la estación de policía y al puesto policial situados al Este del cruce con la Ruta Nacional 40, en Chimbas.

En minutos, las llamas alcanzaron grandes dimensiones y destruyeron toda la construcción de madera, que Marcelo había dividido en dos dormitorios y una cocina comedor.

Mesa, sillas, camas, ropa, calzado, documentos, muebles, un equipo de música y hasta la guitarra que cada tanto le gustaba tocar, quedaron destruidos. También un Volkswagen Senda y dos motos, una Motomel 150 cc y una Honda 50 cc quedaron reducidos a escombros.

Los policías que trabajan frente a su casa, vecinos, los bomberos voluntarios de Chimbas y los del Cuartel Central, terminaron por controlar ese siniestro y evitaron que se propagara a una casa vecina.

Igual, las llamas dañaron el tendido eléctrico y los árboles del frente de la casa.

Ayer, personal del municipio de Chimbas se acercó hasta el lugar para ayudar al mecánico.