La sede de OSPIDA, en Laprida 443 Este, Capital, fue víctima ayer de un misterioso ataque. En la Policía creen que ocurrió durante la madrugada, cuando al menos dos individuos rompieron la puerta de vidrio, al parecer, con un palo hallado en la escena, para luego ingresar y revolver todo en el interior. La sorpresa se la llevó el secretario, Julio Aranda, quien descubrió todo alrededor de las 10. Allí no se guarda dinero, pero los atacantes no robaron las computadoras ni impresoras que se encontraban a la vista. Eso generaba dudas entre los investigadores.